Real Oviedo | «Una revolución sería contraproducente»

«Tras pasar por el Athletic cogí distancia para oxigenar, pero ya tenía ganas de volver y qué mejor sitio que Oviedo. En el mundo del fútbol todos sabemos qué clase de club, ciudad y afición hay aquí», explicó. «Lo importante ahora es centrarnos en los catorce partidos que quedan porque es un entorno exigente, pero también una afición que disfruta de lo que le das», justificó el navarro.

Sobre sus primeras sensaciones al frente del equipo, al que dirigió ya en la mañana de ayer, el nuevo titular del banquillo destacó las que tienen que ver con lo mental. El entrenador carbayón ve al vestuario «maduro y concienciado» y considera que el hecho de que estén preocupados por la situación es la mejor de las noticias.

«Lo primero que he dicho es que lo del domingo no es una final. Es importante, pero catorce partidos es un mundo y hay que poner soluciones para hacernos más fuertes. He visto disposición en el vestuario, saben que un cambio de entrenador en febrero es porque algo estaba fallando o faltando», apuntó Ziganda. «Ser conscientes es un punto de inflexión para hacernos más fuertes y estos futbolistas no se ponen vendas en los ojos», comentó el nuevo técnico azul.

En cuanto a su idea de trabajo para dotar de esa fortaleza al grupo, Ziganda y su segundo, Bingen Arostegi, tienen claro que no hay tiempo para dejar su impronta y que realizar cambios drásticos sería un error. «Incidiremos en aspectos que sirvan para ganar partido. Hacer una revolución y cambiar de manera drástica todo lo que se estaba haciendo, desde nuestro humilde punto de vista, creemos que sería contraproducente», hizo hincapié. «Haremos ajustes a nivel táctico y de posicionamiento, que creemos que se pueden mejorar y que nos tienen que servir para ser más fuertes, compactos y sólidos», desveló el navarro.

'Cuco' Ziganda quiere convertir este Oviedo en un conjunto «compacto y ordenado», aunque no matizó en su primera rueda de prensa como oviedista ni el sistema ni la manera con los que piensa intentarlo. «Lograr esa sensación de rival al que cuesta mucho traspasar sería un buen punto de partida para hacer otras cosas. Me planteo diversos sistemas porque este equipo tiene muchas posibilidades, pero todo pasa por lo que les haga sentir más fuertes y cómodos», sentenció.

Además, el entrenador confesó llegar «fresco y con muchas ganas» al banquillo azul, algo que considera vital para ver con optimismo y confianza este último tramo de Liga en el que el club se juega la permanencia. «La cabeza es muy importante, no tengo derrotas recientes ni llego a remolque, solo veo oportunidades de sumar en cada partido que queda ante rivales directos y nuestra gente. Alguien con una dinámica negativa igual le cuesta más ver ese horizonte», dijo.

El nuevo técnico oviedista, que puso de ejemplo lo ocurrido con el Dépor en las últimas jornadas, aún no se queda con los nombres, pero sí con las caras de los trabajadores del club. Y pudo saludar ya personalmente al máximo accionista, Arturo Elías. «El club transmite justo lo que pensaba. No conozco a nadie que haya estado aquí y hable mal de él. Es lo que nos gusta a los que adoramos el fútbol. Es un club grande, en el que la afición aprieta y muestra su desencanto. Pocos clubes tienen ese seguimiento, y es una suerte a aprovechar», concluyó el nuevo entrenador azul.