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La sensación de un equipo que se va desvaneciendo se está apoderando del Real Oviedo, que ayer volvió a perder y además lo hizo con todo merecimiento. Ni la tímida reacción de la segunda mitad es excusa para un teórico aspirante al ascenso. Con un punto de los últimos doce los ovetenses dan aire a un rival directo por el ascenso y van perdiendo su colchón.
El guión fue el de casi siempre. Un nuevo error defensivo provocó el gol del rival y a partir de ahí nula capacidad de reacción. La mejoría de la segunda mitad solo sirvió para que el Granada no hiciera el segundo gol. Los azules siguen en 'play off' una jornada más, pero cada vez con menos margen. Los focos empiezan a dirigirse cada vez más al banquillo ante la falta de soluciones para reconducir la situación.
Granada
Mariño; Rubén Sánchez, Miguel Rubio, Manu Lama, Carlos Neva; Sergio Ruiz, Gonzalo Villar (Loic Williams, min.87), Manu Trigueros (Juanma, min.82); Stoichkov (Ricard Sánchez, min.72), Rebbach (Sergio Rodelas, min.72) y Lucas Boyé (Borja Bastón, in.87).
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Real Oviedo
Aarón; Nacho Vidal, David Costas, Calvo, Pomares; Portillo (Seoane, min.46), Sibo (Álex Cardero, min.58), Colombatto; Hassan (Paulino, min.78), Alemao (Paraschiv, min. 69) y Chaira (Sebas Moyano, min.69).
Gol 1-0: min.11, Lucas Boyé.
Árbitro Arcediano Monescillo, del Comité Castellano-Manchego. Mostró tarjeta amarilla a Rebbach, por parte de los locales y a los visitantes Alemao, David Costas, Hassan y al fisio Carlos Fueyo por tirar un balón al campo.
Incidencias: 6 grados centígrados a la hora de inicio del encuentro. Terreno de juego en buenas condiciones.
Calleja optó por remodelar por completo el centro del campo, con la entrada de Colombatto, Sibo y Portillo, en sustitución de Cazorla, De la Hoz y Cazorla, además del regreso al once de Hassan. El dibujo inicial era un 4-4-2, con Portillo como mediapunta cerca de Alemao.
Los escarceos iniciales fueron los habituales en un encuentro entre dos teóricos aspirantes al ascenso. Un par de acercamientos al área por parte de cada equipo antes de volver a desnudar las miserias defensivas del conjunto ovetense, que una jornada más volvieron a aflorar. Una posible acción de contraataque acabó en un gol en contra. Bastó una pérdida de Chaira en el centro del campo. Rubén Sánchez deja atrás a Pomares y Lucas Boyé le ganó la espalda a David Costas en el segundo palo para ajusticiar a Aarón con un remate inapelable.
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Otra vez el equipo ovetense veía como el rival necesitaba poco para hurgar en una herida que iba camino a hacerse mayor. La reacción fue tan voluntariosa como improductiva. La banda izquierda era la elegida por los granadinos para tratar de seguir haciendo sangre. Rubén Sánchez y Stoichkov eran los que más trataban de explotar esa vía de agua de los de Calleja.
El gol acabó de aposentar al Granada, que veía como desaparecían los nervios que tenían en la previa. Los carbayones, por el contrario, eran un equipo que se quedaba en las intenciones, ya que lo fiaba todo a alguna acción de Hassan por la banda. Chaira caminaba hacia el centro donde el equipo se perdía en pases horizontales e improductivos.
Lejos de reaccionar, los azules poco a poco se iban difuminando ante un Granada al que le bastaba con mantener cierto orden y esperar a un fallo en la sucesión estéril de pases que daba el cuadro de Calleja. En ataque nada de nada, ni siquiera eran capaces de aprovechar alguno de los seis saques de esquina que tuvo en el primer tiempo.
Ni con el marcador en contra los azules dieron un paso al frente para tratar de adelantar la presión y buscar robar algún balón. Los locales transitaban cómodos hasta cerca del área de Aarón, pero tampoco tenían gran claridad de ideas para generar peligro. Algunos disparos lejanos eran el único argumento para tratar de inquietar, pero no tuvo problemas el meta azul para evitar el peligro. Nuevamente, el equipo azul daba una imagen que no se corresponde con la de un aspirante al ascenso. Sin ideas y con una imagen de poca ambición preocupante.
En el descanso, Calleja dejó en el vestuario a Portillo para dar entrada en el campo a Seoane que, a los dos minutos, estrelló una falta contra la barrera.
El Real Oviedo no mostró reacción alguna, al contrario, el Granada tuvo un par de ocasiones para sentenciar el encuentro. Lucas Boyé era una pesadilla para la zaga ovetense. En una acción con David Costas el argentino rozó el segundo, pero dudó y le quitaron el balón a tiempo.
La solución que buscó Calleja para tratar de generar más juego en el centro del campo fue retirar a Sibo y dar entrada a Álex Cardero, que no jugaba desde que fue titular ante el Albacete hace cuatro jornadas. La cosa no cambió mucho, aunque el equipo asomó un par de veces al área local, pero sin demasiada convicción, ni peligro.
Sebas Moyano y Paraschiv entraron después por Chaira y Alemao. Al menos el partido se estaba jugando en el campo del Granada y aunque faltaba claridad de ideas, al menos daba la sensación de que podía llegar alguna ocasión.
El Granada iba reculando lo que los azules aprovechaban a medias, porque seguían sin claridad de ideas y menos desde que Hassan, el que más peligro estaba creando, dejó su plaza a Paulino en el once.
La sensación era de querer y no poder, algo que se repite en las últimas jornadas para los ovetenses que siguen dilapidando la ventaja que tenían en la clasificación. Tras el resultado de ayer, los azules aventajan en un punto al Almería y dos al Granada, que recupera terreno.
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