RAMÓN JULIO GARCÍA
OVIEDO.
Viernes, 14 de octubre 2022
Jon Pérez 'Bolo' sigue buscando soluciones para revertir la situación del equipo. Hasta ahora, el técnico ha tocado todas las teclas en busca de soluciones futbolísticas, con cambios de sistema y de nombres en las alineaciones. Ahora, también trata de recuperar el aspecto anímico del ... equipo, que fue uno de los aspectos a los que achacó la derrota del miércoles, ante el Huesca.
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El equipo tuvo ayer una nueva sesión de entrenamiento para comenzar a preparar el encuentro de mañana ante el Albacete, pero también de recuperación para los que disputaron más minutos el miércoles. Sin embargo, uno de los aspectos más destacados en la mañana de ayer fue que el técnico mantuvo una reunión más larga de lo habitual en el vestuario. Casi una hora permanecieron los jugadores y el técnico analizando el encuentro ante el Huesca y la situación del equipo. El objetivo: encontrar soluciones.
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Llamó la atención una imagen hasta ahora inédita. El técnico recorrió el trayecto desde los vestuarios al campo de entrenamiento acompañado por Carlos Cuello, responsable del área de psicología del conjunto azul. Aunque no trascendió sí participó en la reunión con los jugadores. Una circunstancia que no es extraña, sobre todo, tras la rueda de prensa del técnico después de la derrota ante el Huesca en la que, en un par de ocasiones, hizo referencia al aspecto anímico como posible causa de la mala reacción del equipo tras encajar el gol que a la postre supuso la derrota.
El técnico explicó el domingo que el equipo empezó bien el partido y estaba haciendo las cosas tal y como lo habían preparado, pero con el revés que supuso el tanto encajado todo cambio. Bolo considera que sus futbolistas sufrieron «impotencia, ansiedad, nerviosismo... Se puede llamar como uno quiera». Lo que más le preocupa, sin duda, es el error cometido en el tanto del cuadro oscene «impropio del fútbol profesional».
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Uno de los objetivos del entrenador es que el equipo sea capaz de reponerse a los contratiempos propios de un partido de fútbol, como dijo el domingo. «Es algo que puede pasar, son circunstancias del partido, pero hay que seguir, no podemos cambiar la forma de hacer las cosas». Ese cambio sorprendió y molestó especialmente al entrenador bilbaíno, ya que llegó en un partido en el que el equipo estaba haciendo las cosas especialmente bien: «El guion de partido estaba siendo bueno, jugábamos fuera y dentro, centrábamos, rematábamos...», comentó para sentenciar que «no puedes cambiar la forma de jugar por recibir ese gol, el mayor error fue ese». En algunas ruedas de prensa anteriores el técnico ya había hecho referencia a la confianza como uno de los posibles problemas del equipo. Esa confianza se podría traducir también en lo futbolístico, ya que el técnico pide al equipo que sea valiente y presione en campo contrario, lo que requiere determinación de todos los jugadores para evitar que se rompa el equipo, como sucedió en muchos momentos del encuentro ante el Cartagena, el peor de los azules en lo que va de curso.
Hasta ahora el técnico nunca había sido tan claro al referirse al aspecto anímico del equipo como uno de los problemas que estaban teniendo. En ese sentido también apuntó el domingo que desconoce las causas que están haciendo a los jugadores cometer errores y salirse de los partidos: «No sé si es un bloqueo mental, nerviosismo, pero no estamos sabiendo reaccionar ante las adversidades». Un problema que el entrenador observa como «muy grave».
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Para el entrenador esas cuestiones son las que les hicieron desaparecer del encuentro tras encajar el 0-1 y fue muy claro al decir que desde ese momento «empezamos a jugar a una cosa que ni entrenamos ni planteamos». Eso le molestó especialmente a Bolo, ya que tenía claro que el equipo estaba haciendo las cosas bien y asumiendo lo que necesitaba el partido. Le estaba gustando al entrenador como el equipo miraba hacia adelante y cuando se pusieron por detrás en el marcador lo hacían más hacia atrás y eso suponía «jugar de una forma que beneficia al rival. Les dijimos que siguiesen a lo mismo, pero no sé, bloqueo, ansiedad, nerviosismo».
Por todo ello, el técnico busca ahora recuperar a los jugadores del duro golpe que sufrió el equipo en los últimos encuentros en el Carlos Tartiere y cambiar el ánimo del equipo ante el encuentro ante el Albacete. A favor de ello cuenta que el equipo todavía no conoce la derrota a domicilio y ante el Zaragoza sí fue capaz de reaccionar al gol encajado a los tres minutos de partido. En ese encuentro tras un mal inicio el equipo se recompuso y acabó dominando y estando cerca de poder llevarse los tres puntos.
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Otro de los retos que tiene el equipo es ponerse por delante en el marcador en un encuentro y a partir de ahí poder ganar en tranquilidad para lograr una victoria que calme los ánimos del equipo que lleva seis jornadas sin hacerlo.
En lo futbolístico el equipo, con el 4-3-3, que ya había utilizado ante el Lugo de inicio, estuvo bastante cómodo y apenas pasó por situaciones de peligro hasta el gol, que llegó con un mal pase atrás de Montoro a Pomares, que aprovechó bien Gerard Valentín para centrar al área. Tampoco estuvieron especialmente bien en esa jugada los centrales del equipo para tapar el remate de Carrillo, que se adelantó a Tarín lo justo para meter el pie y batir a Tomeu Nadal.
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