Mossa retomará el camino de una banda grabada en la piel

En la parte superior del brazo izquierdo, tatuado, Mossa mantiene la impronta que dejó en su trayectoria deportiva el trienio que vivió con la camiseta del Nástic. Entre la tinta de colores que marca el mapa de la Costa Dorada, se ubica una fecha grabada en números romanos, el 31 de mayo de 2015, la tarde en la que a la Tarragona se le volvieron a abrir las puertas del fútbol profesional.

Por segunda vez, poco más de un año después de su marcha, Mossa regresará este domingo al Nou Estadi para disputar con la camiseta del Real Oviedo un encuentro repleto de simbolismo. «Siempre va a ser un lugar especial para mí», expresó ayer el lateral izquierdo azul, que recordó que el Nástic le abrió las puertas de Segunda División y allí pasó «tres años muy buenos tanto a nivel profesional como personal».

«Muy agradecido tanto al club como a la afición» 'grana', el zaguero de El Puig de Santa María aseveró que en tierras tarraconenses «me respetaron muchísimo y me mostraron su cariño desde el primer hasta el último día». En ese contexto y con la «confianza» en el trabajo realizado, espera retomar las buenas sensaciones de inicio de temporada a domicilio.

«Ganar sería un gran impulso anímico para todos», proclamó el lateral, quien por su experiencia contra los equipos entrenados por Enrique Martín, espera «un partido muy intenso». «Siempre que llega un entrenador nuevo da una inyección de moral y de actitud de los jugadores. Seguro que nos lo van a poner muy difícil», alertó.

El zaguero azul recibió ayer en El Requexón el premio al más jugón de la Peña Azul Olivares, que también distinguió a Javi Mier como jugador revelación. Su presidente María y el directivo Paco les entregaron los galardones.