El Oviedo se reconcilia con el Tartiere

El once de los azules fue el esperado, con Nieto en el lateral derecho y Ortuño en la delantera, como novedades, en relación con el equipo que ganó en Albacete.

El inicio del encuentro fue trepidante, con los dos equipos buscando la portería contrario sin tregua. El balón rondaba las dos porterías y las ocasiones de peligro se sucedían una y otra vez.

El primero en acertar fue el conjunto local, en un saque de banda rápido de Saúl Berjón, que combinó con Borja Sánchez, éste con Nieto, que vio el desmarque de Sangalli. El vasco puso el balón al área y Ortuño remató adelantándose a la defensa, Juan Carlos tocó el balón, pero no pudo evitar el tanto.

Los azules, como viene siendo habitual en los últimos partidos tenían en Saúl Berjón, Borja Sánchez y Sangalli a sus hombres más incisivos, que cuando se asociaban creaban mucho peligro.

Las cosas se pusieron más de cara para los azules, que a los 17 minutos vieron como el Girona se quedaba con un jugador menos. El centrocampista Granell, que ayer sumaba 200 partidos con los catalanes, vio dos tarjetas amarillas en dos minutos y tuvo que tomar el camino de los vestuarios.

Sin embargo, pese a tener un jugador menos, el Girona no dejó de buscar la portería de Champagne e hizo que los azules pasaran por algunos apuros. El equipo de Rozada no tuvo el temple que pedía la situación, con ventaja en el marcador y uno más en el campo, lo que le fue llevando a ir cediendo terreno y defender demasiado cerca de su área.

El partido tenía ritmo de minutos finales con acciones de ida y vuelta en las que los azules volvieron a acertar. Un robo de Saúl Berjón y posterior pase a Sangalli, lo aprovechó el donostiarra para avanzar por la frontal y servir a Ortuño en el segundo palo, que batió a Juan Carlos con un fuerte disparo.

Los azules aumentaban su ventaja y ponían de cara el partido gracias, nuevamente a la efectividad de Ortuño, que convirtió sus dos primeras ocasiones.

Los azules optaron por transiciones rápidas y buscar la espalda a un Girona que atacaba con un juego más posicional.

Ese tercer golpe, los dos goles y la expulsión, si parecieron hacer más daño a los visitantes, pero cuando llegaba el último minuto de la primera mitad, una jugada con varios rechaces acabó con el balón en los pes de Stuani, que tras un buen giro batió a Champagne con un disparo ajustado al palo.

El gol visitante puso el punto final a una primera mitad con dos equipos que iban a por el partido y en la que los carbayones estuvieron más acertados. Rozada sustituyó a Borja Sánchez por Joselu, que se ubicó en la mediapunta y recibió la ovación de la grada.

Los azules salieron tras el descanso dispuestos a que el ritmo del partido no fuera tan alto y tratar de tener algo más de control sobre el balón para evitar las embestidas de un Girona que pese a la inferioridad seguía buscando la portería contraria con peligro.

Sin embargo, lo que le volvió a dar frutos fue correr. Una internada por la izquierda de Saúl Berjón le permitió llegar a la línea de fondo y poner un balón atrás, al que llegó Borja Sánchez para disparar raso y el balón se coló en la portería por debajo del cuerpo de Juan Carlos.

Los azules volvían a tener el encuentro muy de cara y el Girona bajó entonces su presión y comenzó a permitir posesiones más largas de los de Rozada, que seguían acercándose a la portería de Juan Carlos.

Las llegadas del Girona eran cada vez más previsibles y el paso de los minutos iba favoreciendo a los azules que cada vez veían más cerca el primer triunfo como locales. Eso hizo que los locales se durmieran y en un saque de esquina Marc Gual remató para hacer el segundo y abrir unos minutos finales de sufrimiento para los aficionados azules que evitó Bárcenas al culminar una contra con un disparo cruzado.