Real Oviedo - Córdoba

Reencuentro con el pasado para Iván Ania

Para Iván Ania el camino nunca fue sencillo. La etiqueta de promesa la tuvo colgada desde muy joven y con ese peso convivió en las categorías inferiores del Oviedo y también en las de la selección española. Su estreno en Primera División no pudo ser más significativo. En la jornada 37 de la temporada 1994-95, aún no había cumplido los 18 años y Radomir Antic le hizo debutar en la recta final de un derbi contra el Sporting en el Carlos Tartiere. Los azules ganaban 1-0, gracias a un tanto de Oli, y el ovetense entró al césped sustituyendo al goleador a los 81 minutos. Ahí se abría la puerta de una brillante y larga carrera como futbolista.

Con el descenso del equipo a Segunda División, el club necesitó ingresos y el Tenerife pagó 2,4 millones de euros por su traspaso en 2001. A sus espaldas quedaban 169 partidos con el Oviedo de los que 167 fueron en la máxima categoría y sólo dos en Segunda, que fueron las dos primeras jornadas de aquella temporada 2001-02.

Tras el paso por la isla, llegaron sus estancias en el Rayo Vallecano, Nástic de Tarragona, Cádiz y Lorca, siempre dentro del fútbol profesional hasta la campaña 2006-07, acujmulando 288 partidos. Cuando su carrera como jugador parecía finiquitada, Iván Ania se volvió a calzar las botas para jugar con el Covadonga en Tercera División. Su buen rendimiento hizo que el Oviedo llamase a su puerta y regresó al conjunto azul para jugar en Segunda B en la campaña 2009-10 en la que disputó 23 partidos, como paso previo a dejar el campo para pasar al banquillo.

Si como futbolista Iván Ania destacó, además de su calidad, por su fuerte carácter, en el banquillo la tónica no ha cambiado. Su primer contacto con la dirección de equipos seniors fue al frente del Covadonga, al que dirigió en dos temporadas, clasificándolo en la segunda para pelear por el ascenso a Segunda B. Al término de la campaña 2012-13 fue llamado por el Oviedo para ponerse al frente del Vetusta. En su segunda temporada al frente del filial azul llegó la destitución de Carlos Granero como entrenador del primer equipo, pero el club aposto por Roberto Robles, que dirigía al juvenil de División de Honor, y entendió que era el momento de dejar el club.

Su siguiente parada fue el Caudal y en su primer año logró el ascenso a Segunda B y también alcanzó una sufrida permanencia en la división de bronce. Su buen trabajo hizo que el Villanovense se fijase en él y se marchó a trabajar a tierras extremeñas y consiguió una meritoria sexta posición que le valió para que el Racing de Santander le reclutase en busca del ascenso a Segunda División y se proclamó campeón de su grupo y ascendió en la eliminatoria ante el Atlético Baleares y así llegaba a al fútbol profesional. Su primera estancia en la categoría de pata duró 15 partidos, cuando fue destituido para dar el equipo a Cristóbal Parralo, con el que había compartido vestuario en el Oviedo.

Algeciras fue su siguiente parada como técnico y allí estuvo dos temporadas, hasta que en la campaña 2023-24 el Córdoba llamó a su puerta. Con los andaluces terminó la Liga regular en segunda posición y eliminó a Ponferradina y Barcelona B en el playoff para devolver a los cordobeses a Segunda División después de cinco años fuera del fútbol profesional.

Mañana volverá a estar en el Carlos Tartiere para intentar que su equipo consiga su primera victoria lejos del Arcángel y lo hace después de derrotar al Eibar en el Arcángel, donde se ha convertido en un equipo muy fiable.