La contaminación descarta a La Manjoya para la ciudad deportiva del Real Oviedo

Desde hace mucho tiempo, los terrenos de varias zonas de La Manjoya tienen el peso de haber albergado la viaja fábrica de explosivos. Los materiales utilizados y las laxas medidas de seguridad de aquellos años hicieron que muchos restos terminasen en las parcelas colindantes generando problemas de contaminación. La pirita es uno de los minerales que aparecieron en la zona y cuando se inició la urbanización de la zona, en los inicios del nuevo siglo, el ayuntamiento acometió trabajos de descontaminación.

Una de las parcelas tratadas es la que hoy es propiedad de las familias Cosmen y Lago y en la que el Oviedo planificó ubicar su nueva ciudad deportiva. Todo estaba acordado. Había entendimiento en el precio del solar y el club ajustó su proyecto a las siete hectáreas disponibles, que eran menos terreno del previsto, pero que permitían la construcción de una instalación moderna al estilo de La Esmeralda, que disfruta el Club León en México. En 2002 obtuvo todos los certificados exigidos por el Principado y también se libró una situación compleja en un terreno adyacente que contaba con un depósito de almacenaje del material pero que fue sellado y que también superó todas las revisiones de los técnicos medioambientales. Los problemas llegaron con las modificaciones introducidas en la ley de Medio Ambiente de 2022 y que endurecieron las condiciones.

Antes de dar más pasos, el Oviedo buscó la fórmula de no pillarse los dedos como le sucedió en su primer proyecto de Latores, en el que las dificultades administrativas hicieron imposible seguir adelante con un proyecto que incluso vivió la colocación de la primera piedra, con la asistencia del alcalde de la capital, Alfredo Canteli, envuelto en plena precampaña electoral en marzo de 2023. Nueve meses después, el proyecto era descartado por los dueños del Oviedo. Ahora, era necesario un análisis del terreno que confirmase que no había ningún inconveniente, pero los resultados revelaron la presencia de pirita y con ella se empezaban a esfumar las posibilidades de ubicar ahí la ciudad deportiva.

No se trata de un problema insalvable desde el punto de vista técnico, pero sí con un coste muy elevado. Los trabajos de descontaminación obligarían a realizar importantes movimientos de tierras que han sido cuantificados en una cifra que rondaría los cinco millones de euros. El Oviedo no está dispuesto a asumir ese sobrecoste para la obra y tampoco lo hará el ayuntamiento en una parcela de titularidad privada y no parece que los dueños vayan a afrontar ese desembolso por un terreno que no alcanzaría ese precio. Ante este escenario, los dirigentes azules tienen decidido abandonar la idea de ubicar allí su nueva instalación y buscarán alternativas.

Lo único que está claro en los planes del Oviedo es que no pueden permitirse más traspiés con lo que se considera el proyecto estrella del Grupo Pachuca en la capital. Tras los fiascos de Latores y La Manjoya, un tercer tropiezo dejaría en entredicho la capacidad del grupo y eso es algo que no están dispuestos a consentir no Jesús Martínez, ni Martín Peláez.