El Real Oviedo busca el abrigo del Tartiere

El gol de Magunagoitia en el último minuto del añadido del choque de Ipurua pudo ser sentencia a la pelea por alcanzar una de las plazas que dan el ascenso directo. Las victorias de Elche y Levante estiraron la desventaja a hasta los 8 y 7 puntos respectivamente, lo que a falta de 24 es una desventaja más que notable y además teniendo en cuenta que los ilicitanos también tiene ganado el golaveraje particular. Hay quien aviva algo más lo de la segunda por el hecho de que los levantinistas son uno de los que tienen que visitar el municipal ovetense y ya se sabe que los duelos directos adquieren un valor extra a estas alturas de competición.

Nadie quiere despistar los objetivos y el corto plazo es lo único que está bajo el control y ese pasa por el Racing de Ferrol. La visita del conjunto departamental es de esas que asustan a los profesionales porque los aficionados descuentan los puntos antes de jugarse. Nadie puede obviar la compleja situación de los gallegos, que apenas suman una victoria en los once encuentros que llevan a las órdenes del asturiano Alejandro Menéndez, pero nadie debería olvidar que esa fue en el Ciudad de Valencia ante el Levante. El encuentro del pasado lunes en el Martínez Valero es otro ejemplo de lo complejo que puede ser batir a un equipo con remotas posibilidades de salvación, pero que aún dará mucha guerra hasta el final.

El siguiente visitante a la capital será el Levante, la buena temporada de los de Julián Calero se cimenta en buena medida en ser el segundo mejor equipo del campeonato cuando juega a domicilio. Los granotas llevan 26 puntos sumados, un registro que solo mejora el Racing de Santander que lleva dos más. Después de esa cita, el Oviedo pasará su gran prueba de fuego con las salidas consecutivas al Alcoraz y al Sardinero. Serán tres semanas de enfrentamientos directos, que se antojan determinantes en la resolución de la temporada.

Las dos últimas fechas podrían ser contra conjuntos que no tengan nada en juego. La llegada de Gabi al banquillo del Zaragoza y la victoria sumada ante el Mirandés parecen las vitaminas decisivas para que los maños salgan de la zona baja de la tabla. Aún tienen mucho que bregar, pero la calidad de su plantilla invita a pensar a que acabará alcanzando el objetivo mínimo de salvar la categoría en otra campaña aciaga de los aragoneses.

Para despedir la Liga regular, el calendario ha querido que Oviedo y Cádiz se midan en la jornada 42, en un duelo que tiene mística desde aquel playoff de 2015 que devolvió a los azules al fútbol profesional. El día que se hizo público el orden de los partidos, fueron muchos los que pensaron en un choque con os amarillos ya ascendidos, pero la realidad apunta a que llegarán al Tartiere sin objetivos, ya que nueve puntos de desventaja y teniendo siete equipos por encima de él, apunta más a milagro que a otra cosa el hecho de que tenga algo en juego en la esa fecha.

La comunión con la grada volverá a ser un factor determinante para el Real Oviedo y recuperar el ambiente generado en la recta final del pasado curso algo imprescindible para acercar el objetivo de enlazar cuatro triunfos que acercarían mucho el 'play off' y que dejaría abierta la puerta de soñar con el ascenso directo.