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El oviedista Joselu trata de robarle el balón a Juanpi, con Mossa y Saúl Berjón a un lado. S. SALAS
Real Oviedo | Un borrón en el mejor momento del equipo
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Real Oviedo | Un borrón en el mejor momento del equipo

El conjunto azul perdió en La Rosaleda la mayoría de las señas de identidad que le permitieron estar cinco jornadas sin perder | El Real Oviedo ofreció en Málaga su peor imagen desde la llegada de Javi Rozada al banquillo

RAMÓN JULIO GARCÍA

OVIEDO.

Lunes, 28 de octubre 2019, 03:17

El Real Oviedo dirigido por Javi Rozada sufrió el pasado sábado en La Rosaleda un notable frenazo en su reacción. Más allá de la derrota, que llegó después de cinco jornadas, lo fue por la imagen que ofreció el equipo, desconocida desde la llegada del nuevo técnico al banquillo azul. Ahora el reto será pasar página cuanto antes y recuperar la senda que llevaba el conjunto, que le llevó a pasar de ser colista a salir de los puestos de descenso.

En Málaga, sin embargo, no aparecieron ninguna de las virtudes que el Oviedo venía luciendo en las últimas jornadas. Los azules fueron un equipo incapaz de llevar la iniciativa en el juego y también de poner freno al rival, algo por lo que se había caracterizado en las últimas jornadas, con partidos que iban siempre al terreno más propicio para los carbayones.

Lo primero que se vio el sábado fue un plantel con mucha distancia entre líneas, incapaz de imponer su presión al rival. Primero, para evitar que se acercara a su área y, luego, para robar y ser capaz de realizar transiciones rápidas, que es la forma en la que estaban logrando sus mejores réditos los hombres de Rozada.

Sin robar en el campo contrario, el equipo se vuelve previsible y carece de recursos para llegar a la portería rival a través del toque. En La Rosaleda, el Oviedo no aprovechó las bandas como solía. En la derecha, la lesión de Sangalli, uno de los jugadores más en forma del equipo, limitó mucho las opciones de llegada por ese costado.

A ello se unió que Saúl Berjón, que en los últimos partidos se estaba echando el equipo a la espalda, no tuvo su tarde. El Málaga se sabía la lección y dispuso ayudas para tapar al capitán azul, que nunca se mostró cómodo.

En otros partidos, por muy atascados que estuvieran, a los ovetenses siempre les quedaba el recurso de buscar a Ortuño, que era capaz de aprovechar al máximo sus oportunidades. Sin embargo, el pasado sábado fue una isla y apenas dispuso de ocasiones para tratar de inquietar con sus remates al portero Munir, que tuvo muy poco trabajo toda la tarde.

Una de las pocas lecturas positivas del encuentro ante el Málaga es que el técnico reconoció al final del mismo que el equipo no había estado a su nivel. Además de quejarse del dudoso penalti cometido por Nieto sobre Antoñín, Javi Rozada reconoció que en La Rosaleda «hicimos el peor encuentro desde que estoy aquí», pero también anunció que no supondrá un cambio en la forma de trabajar y dio el mérito que tuvo al rival, que entendió mucho mejor el partido y desde el inicio del encuentro estuvo mucho mejor plantado en el campo.

El equipo piensa ahora en pasar página cuanto antes y en minimizar los daños de la derrota en la moral del equipo. El técnico está convencido que el tropiezo «no afectará al equipo» y recordó que llevaban cinco partidos sin perder y que en todos ellos «competimos, siempre mejorando el anterior». En definitiva, Javi Rozada ya piensa en el próximo encuentro. Está convencido de que «el viernes ganaremos al Almería: «El equipo está bien y esto no tiene que afectar».

En el ambiente que rodea al equipo la última derrota fue un importante frenazo a la ilusión que había levantado la evolución de la que venía haciendo gala el equipo en las últimas jornadas. La tarea del entrenador para esta semana será analizar con los jugadores lo sucedido y recuperarlos, sobre todo en el aspecto anímico, para tratar de seguir caminando hacia la tranquilidad.

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