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Cuanto más aprieta la soga de la presión en un equipo, más necesarios se hacen los mensajes de calma de los protagonistas. Ese papel se ... lo arrogó ayer en el Real Oviedo Nacho Vidal. El último futbolista en llegar al equipo tiene la experiencia suficiente para analizar el momento de la temporada con la máxima calma y además está más limpio de cabeza que aquellos que llevan mucho más tiempo conviviendo con el estado de ansiedad que rodea al club azul desde el regreso al fútbol profesional.
«No tenemos que fijarnos en la distancia con el ascenso directo. Tenemos que fijarnos en lo del fin de semana, porque, si hacemos cálculos matemáticos con la clasificación, nos generará una ansiedad que no ayuda. Hay que centrarse en lo que viene. Así se expresó antes de afrontar el penúltimo entrenamiento de la semana y así intentó calmar a un entorno demasiado excitado.
Pedir calma y racionalidad a una afición que ha visto a su equipo sumar un único punto de los últimos nueve disputados no es una tarea sencilla. Mucho más al oviedismo, que siente la necesidad de volver a Primera y ha entendido que éste puede ser el año perfecto para conseguirlo. «Somos conscientes de la dificultad de esta competición y este tipo de rachas pueden ocurrir», analizó el lateral. A su juicio es importante analizar las formas: «Las derrotas fueron por la mínima y podíamos no haber perdido ninguno, pero esto se decide en pequeñas acciones. Haciendo el mismo partido ante el Dépor, de la ocasión de Alemao al gol de ellos no hay nada». Cogiendo un poco de distancia con la frialdad de los puntos o con lo que hubiese podido ser y no fue, Vidal insiste: «No hay que dramatizar con la situación, el equipo entrena bien y creo que nos va a dar para salir del bache».
Pese a sumar un punto contra el Elche y cortar la dinámica de dos derrotas consecutivas, el vestuario no cae en la autocomplacencia y Vidal lo analiza con exigencia. «No sé si les respetamos demasiado al principio porque, a partir del gol de ellos, cambió el partido y fuimos a buscarle más arriba». Uno de los problemas fue verse sin apenas control del balón. «Aunque su posesión pueda ser estéril, que tengan tanto el balón y tú no te hacen estar incómodo». Una lección que debe servir en el futuro está clara. «Este equipo está preparado para ir a buscar a cualquier rival, apretar arriba y ponerles las cosas difíciles. Esa versión del Oviedo es la que tenemos que buscar, la que se vio tras el 0-1 del Elche».
El calendario es igual de complicado para todos los implicados en las muchas luchas que hay. En la parte alta todo el mundo sueña con poder engancharse a pelear por el ascenso y en la zona de abajo nadie quiere perder su sitio en la categoría, aunque haya tres puestos casi asignados. «De cara a la recta final de Liga, a todos los conjuntos les cuesta mucho más ganar», explicó el futbolista azul, que tiene una idea de lo que sucederá: «Todo seguirá estando igualado, aunque las oportunidades son menos, evidentemente. No hay que hacer cábalas, hay que intentar ganar cada partido».
Una buena demostración de esa forma de pensar es mirar hacia el duelo que vivirán mañana, a las 21 horas, en el campo del Granada: «Espero un partido súper complicado ante un gran equipo que igual no está en su mejor momento». Las dinámicas no deciden cosas, pero sí marcan tendencias. «No viene en su mejor racha, pero son muy peligrosos y tiene grandes jugadores». Para aspirar a regresar con algo positivo tiene claro lo que debe pasar: «Tenemos que ser capaces de sacar nuestra mejor versión en este tipo de estadios».
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