Poco premio para un Oviedo ambicioso

El once inicial de los ovetenses no presentó sorpresas, con las novedades del regreso de Dani Calvo al centro de la defensa, en sustitución del lesionado David Costas, mientras que Jimmy entró por Luismi.

La intensidad fue la nota predominante del encuentro desde el pitido inicial. Los dos equipos querían ser protagonistas a su manera, con el resultado de que el balón siempre andaba rondando las áreas. Era una lucha sin cuartel, de ida y vuelta y sin control.

Las ocasiones se iban sucediendo ante las dos porterías, pero eran los locales los que imponían su ritmo al partido, para lo que no les hacía falta tener el balón mucho tiempo, ya que las transiciones rápidas eran el principal argumento de los de José Alberto.

Los de Luis Carrión no eran capaces de aplicar su receta habitual, pero se adaptaron pronto a los vaivenes del partido y pagaban con su misma moneda al rival. El resultado era un partido para no parpadear que tenía a los entrenadores en vilo y a los aficionados muy entretenidos.

Las oportunidades se iban repartiendo en las dos áreas, con alguna más para los locales, que no eran capaces de acertar o se encontraban con Leo Román que tuvo un par de intervenciones de mérito.

El gol de los ovetenses llegó en una jugada que no parecía tener mucho peligro, un balón que salió rebotado a la frontal y Colombatto disparó para acabar la jugada, pero el balón pegó en Mantilla y se envenenó para colarse en la portería de Jokin Ezkieta. La fortuna sonreía a los ovetenses.

El gol no modificó ni un ápice el desarrollo del partido que seguía siendo un ir y venir. Los locales igualaron en un acción iniciada por el exoviedista Sangalli, que dejó el balón a Peque para que cruzara lejos del alcance de Leo Román.

Cambiaba el marcador, pero no el juego, movido por impulsos de uno y otro equipo. El Real Oviedo volvió a marcar, pero el árbitro anuló el tanto de Seoane por una falta en el inicio de la jugada. El que sí subió al marcador fue el que logró Dani Calvo al borde del descanso, al cabecear un saque de esquina botado por Colombatto. Los azules llegaban al descanso con ventaja en un partido sin control ni bajones de intensidad.

El segundo tiempo, como era previsible, fue de revoluciones algo más bajas, pero los locales seguían tratando de meter un ritmo alto al juego. A la hora de partido los azules hicieron el primer cambio, Colombatto, con molestias, dejó su puesto a Viti. Eso hizo que Seoane pasara a jugar como mediocentro junto a Jimmy, mientras que Masca se iba a la banda izquierda.

En el partido pasaban menos cosas, algo que era bueno para los oviedistas, ya que mantenían su ventaja en el marcador. Las ocasiones de gol se espaciaban cada vez más. Una de las más claras fue para Sangalli, pero Leo Román estuvo providencial para meter la mano.

Los cántabros igualaron el encuentro con un penalti inocente cometido por Jimmy y hasta el final el encuentro estuvo en el alambre, pero el marcador no se movió.