Un punto de consistencia

El Real Oviedo empató en Zaragoza tras un partido gris y poco ambicioso del equipo que apenas inquietó al rival y tuvo algunos problemas en defensa. Finalmente Ziganda optó por reacomodar a Viti en la mediapunta y dar entrada en el once a Jirka para que ocupara la banda derecha del centro del campo. Además, en el lateral izquierdo, como estaba previsto, Mossa ocupó la plaza del lesionado Pierre Cornud.

La tarde en La Romareda fue plomiza y el partido no quiso quedarse atrás. Un fútbol espeso en el centro del campo y alejado de las áreas era el producto de dos equipos que parecían querer esperar que avanzaran los minutos para aprovechar un error del rival. Los de Ziganda están cómodos sin el balón y se encontraron con un Zaragoza al que tampoco parece gustarle demasiado. El resultado fue un juego cansino y que daba ganas que llegara el descanso cuanto antes.

Los azules no pasaban por apuros y no permitían que los previsibles ataques locales llegaran a inquietar a Femenías, que apenas tuvo que intervenir. En cuanto a la capacidad de crear, los de Ziganda estaban atascados y solo eran capaces de generar algo cuando el balón pasaba por los pies de Borja Sánchez, algo que sucedió en contadas ocasiones.

Los dos equipos lo intentaron desde lejos, con poca convicción, y aunque los ovetenses tuvieron más acercamientos, el empate con el que finalizaron los primeros 45 minutos hacía justicia a lo que se pudo presenciar sobre el terreno de juego de La Romareda que parecía más conformista y acomodada que en anteriores temporadas.

En su estreno como titular Jirka no ofreció esa versión de agitar los partidos que suele dar cuando sale desde el banquillo en los minutos finales de los partidos. También a Brugman le costó hacerse con esos galones que parece que tiene que llevar en el equipo. Aunque se dejó ver más que en el anterior encuentro, estuvo discreto en la primera mitad.

El partido debió gustarle menos a Juan Ignacio Martínez que a Ziganda, ya que el técnico local realizó dos cambios en el descanso, En los albores de la reanudación pareció darle resultado, ya que tuvo la iniciativa y metió a los ovetenses en su campo, aunque sin crear demasiado peligro ante Femenías.

El acoso de los locales se iba haciendo cada vez más insistente y los ovetenses iban reculando hasta meterse en el área propia a defender. Para tratar de salir de ese asedio, Ziganda dio entrada a Montiel por Jirka y devolvió a Viti a la banda derecha.

Con una Romareda entregada y el Real Oviedo menguando, las ocasiones empezaban a llegar para los locales, que no acababan de acertar cuando se acercaban a Femenías. Los ovetenses ni tenían el balón ni eran capaces, como en otros encuentros, de aprovechar la velocidad para acercarse a la portería rival.

Ziganda buscó soluciones dando entrada a Javi Mier y Pombo por Borja Sánchez y Viti. Eso funcionó unos minutos en los que el equipo logró salir de su campo y empezar a merodear la portería de Cristian Álvarez.

Aunque las fuerzas se igualaron y con el paso de los minutos el dominio local fue perdiendo intensidad, los ovetenses estaban inmersos en un atasco del que no eran capaces de salir de ninguna manera.

A falta de diez minutos Ziganda volvió a mover el banquilo para que entraran Arribas, que pasó a ser central, mientras que David Costas pasó al lateral derecho y Lucas al izquierdo. Matheus entró por Brugman.

El partido estaba para un error y ninguno de los dos equipos parecía dispuesto a cometerlo, ya que se acumulaban jugadores en la retaguardia y se sacaban los balones de las áreas sin contemplaciones.

Al final, a pesar del empeño maño, el Oviedo supo contrarrestar ese teórico dominio y terminó el partido en campo rival, disponiendo incluso de las últimas jugadas de ataque.

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