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Pol Arnau, este miércoles, en el partido de Copa del Rey del UD Logroñés ante el Eibar. UD Logroñés
El ángel que ilumina a Pol Arnau, hijo del exdirector deportivo del Real Oviedo, Francesc Arnau

El ángel que ilumina a Pol Arnau, hijo del exdirector deportivo del Real Oviedo, Francesc Arnau

El joven jugador se convierte en el héroe de la UD Logroñés en la Copa del Rey

Jueves, 5 de diciembre 2024, 11:53

Pol Arnau cumplirá 20 años el próximo 23 de diciembre y es uno de los muchísimos jóvenes que busca hacerse un hueco en el mundo del fútbol. Su principal diferencia con el resto es que lleva un apellido que pesa dentro de este deporte. Es hijo del fallecido Francesc Arnau, exportero del Barcelona y Málaga y exdirector deportivo del Real Oviedo y eso siempre pone focos sobre él. En esta ocasión, la Copa del Rey está haciendo que brille por sus propios méritos y después de anotar el gol del triunfo del UD Logroñés ante el Eibar en la primera ronda, en la noche del miércoles no dudo en ponerse los guantes de portero cuando ya no había más cambios en su equipo y fue determinante en la tanda de penaltis para dejar apeado del torneo al Girona. Allá donde esté, su padre estará orgulloso de comprobar los genes competitivos que dejó en su hijo.

Las Gaunas acogía una fiesta para la UD Logroñés, que se había ganado el derecho de medirse a un equipo de Primera División, después de haber dado una de las campanadas de la primera ronda. Los riojanos se medían al Éibar y el encuentro llegó a la prórroga. Pol Arnau que no está teniendo mucho protagonismo en la Liga aprovechó los minutos de la Copa para dejar su sello y un gol suyo en la prórroga dio el pase a los rojiblancos. El sorteo les emparejó con el Girona y Pol volvió a tener su cuota de protagonismo.

El lateral diestro, que forma parte del filial riojano pero que ya ha debutado en 2ª RFEF contra el Calahorra y participado en los dos duelos coperos, salió en el equipo inicial y fue un baluarte defensivo para que el equipo de Míchel Sánchez no fuese capaz de marcar en el tiempo reglamentario lo que llevó el choque a la prórroga. Con todos los cambios realizados, el portero de los riojanos, Kike Royo, sufrió n golpe en la cabeza y tuvo que dejar el terreno de juego. Alguien tenía que coger los guantes y defender la portería. Quedaban un par de minutos del primer tiempo del añadido y toda la segunda parte. La empresa parecía imposible, pero Pol asumió el reto y tuvo intervenciones de mérito en remates de Misehouy y Juanpe.

Para ese momento, Pol ya era el gran protagonista. Todos los ojos estaban puestos en el joven futbolista catalán y en las opciones de que pudiese detener algún lanzamiento de los gerundenses. Donny van de Beek anotó el primero y Antonio Caballero puso las tablas para los riojanos. Abel Ruiz era el segundo lanzador del Girona y Pol adivinó el lanzamiento y detuvo la pena máxima. El siguiente en lanzar fue Madrazo y también falló. Todo se resolvió con el error, marcado por la polémica, del tiro de Stuani que no fue validado por De Burgos Bengoetxtea y la UD Logroñés firmaba la hazaña de eliminar a un Primera División y siguen vivos en su sueño de hacer algo aún más grande en la Copa del Rey, donde volverán a medirse a un equipo de la máxima categoría y ya con los premios gordos en el sorteo de la tercera eliminatoria.

Humildad y un ángel

Al término del encuentro, Pol atendió a la prensa y lejos de apropiarse el protagonismo lo compartió con todo todos los compañeros: «Darle la enhorabuena al equipo porque hemos hecho un trabajo enorme desde el minuto uno al 120, hay que disfrutar esto porque no se vive todos los días, es una gran experiencia y hay que seguir». La decisión de ponerse los guantes y asumir la responsabilidad de estar bajo los palos tuvo mucho de intuición: «Presentía que podía hacerlo bien ahí y salió bien». Las condiciones le pueden venir de los genes: «Siempre me ha gustado ver a los porteros y he visto muchos partidos de mi hermano y quiero darle las gracias a toda mi familia que siempre me ha apoyado». Al final la referencia a su padre fue inevitable: «Tenemos un ángel en el cielo y tengo muy claro que me ha ayudado para parar ese penalti que nos dio la clasificación».

Toda la familia lleva el fútbol en la sangre, además de la carrera de su padre, su madre, María José Camacho, también jugó al fútbol en la máxima categoría y en la estancia en la capital asturiana se entrenaba con el Oviedo Moderno. Su hermano Marc es portero en el Mollerusa. Ahora, el apellido Arnau vuelve a estar de plena actualidad en el fútbol español gracias a Pol.

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