Paunovic devuelve la sonrisa al Real Oviedo

Vejlko Paunovic era el gran protagonista de la jornada contra el Málaga. Su estreno en el banquillo del Real Oviedo quería ser la vitamina que cambiase la dinámica de un equipo metido en un gran lío de resultados y con un ambiente que amenaza con encresparse, después de un año más que plácido y que apuntaba a éxitos. Durante muchos minutos, la broca sobrevoló el Tartiere, pero el gol final provocó el estallido, pero de felicidad.

Durante el calentamiento, Paunovic no se dejó ver sobre el césped, pero sí el resto de sus ayudantes, que estuvieron muy activos, igual que en el tiempo de descanso, en el que dirigieron un calentamiento para todos los suplentes. Durante el choque, el serbio no se sentó en el banquillo y estuvo pendiente de todos los detalles y corrigió a los suyos, habló con el cuarto árbitro y tuvo tiempo para reclamar a Huerta de Aza. La explosión final fue el broche perfecto para un día que quedará grabado en su memoria.

Al margen de las miradas a la banda para ver a Paunovic, el partido también tuvo tiempo para los recuerdos. Los más emotivos los de la familia de Eduardo Miguélez Álvarez, abonado del Oviedo que falleció después del último partido de los azules en casa ante el Elche. Sus familiares depositaron un ramo de flores en su asiento y recibieron el cariño del club y de los aficionados con los que compartían zona en la grada. También doloroso fue el homenaje del Málaga, que lució brazalete negro en recuerdo del pequeño Fernando García Ariza, alevín de la escuela de fútbol malagueña, fallecido en la mañana de ayer.

Mucho menos cariñosa fue la reclamación desde el fondo norte, donde, después de lucir un tifo, desplegaron una pancarta con el lema 'Derechos para la afición', acompañada del clásico 'Tebas vete ya'. Tal vez el gesto explique algunas de las polémicas generadas durante la semana con la presentación de los actos del centenario y la presencia del presidente de la patronal del fútbol en el comité de honor de la efeméride oviedista. Si quedaba alguna duda, otra pancarta la despejó: 'Solo hay una historia. El honor se demuestra con actos'.

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