Mirandés 1 Real Oviedo 0

El Oviedo vuelve a perder

La derrota mete al equipo en la zona de peligro y hace que los próximos encuentros se conviertan en decisivos para no acabar la temporada con problemas.

La alineación azul presentó tres novedades y una sorpresa, ya que Luismi volvió al once tras cumplir sanción, mientras que Marcelo Flores fue titular, después de no haber jugado desde el 11 de diciembre ante el Eibar. La otra novedad fue la presencia de Borja Bastón en la delantera.

Los primeros minutos del encuentro fueron de claro dominio del conjunto local, que tenía el balón y lo movía con criterio de lado a lado, en especial por la zona izquierda de la defensa ovetense. Un par de centros peligrosos eran un escaso botín para los de Miranda, que tenían el partido controlado.

Los oviedistas no eran capaces de dar la más mínima continuidad a su juego y solo se dedicaban a defender, eso si, con bastante orden y evitando que Braat pasara por apuros, aunque el francés los creaba en sus saques de portería, que nunca iban a un compañero y la mayor parte de las veces salían por la banda.

Sin embargo, pese a ello, la oportunidad más clara fue para los de Cervera. Un saque de esquina rechazado a la frontal le cayó a Dani Calvo, que remató de volea y Alfonso Herrero tocó lo justo para que el balón se estrellara en el larguero.

Los de Cervera estaban ordenados en defensa y no pasaban por muchos apuros, pero con el balón eran un equipo previsible y poco ambicioso, que desperdiciaba todos sus ataques en imprecisos pases a los delanteros. Borja Bastón y Manu Vallejo no entraban en juego y su presencia en el campo solo se advertía por lo que incordiaban a la defensa local a la hora de tratar de sacar el balón jugado desde su campo.

El equipo ovetense seguía careciendo de un jugador en el centro del campo que fuera capaz de dar cierto criterio al juego y hacer que el equipo tuviera el balón. Además, tampoco funcionaban las bandas, en especial la izquierda en la que Marcelo Flores no aportaba nada.

Cuando parecía que el empate al descanso iba a ser un mal menor, llegó el gol de los locales en una conducción por dentro, en la que el balón acabó llegando a Raúl que no perdonó. Además del tanto el equipo sufrió la pérdida por lesión de Rodri Tarín, que se tuvo que quedar en el vestuario tras el descanso.

La victoria de los locales era el justo castigo a un Real Oviedo con poca ambición y demasiado sometido por un rival que no necesitaba hacer grandes alardes para controlar el partido.

Además del obligado cambio de Rodri Tarín, por el que entró David Costas, Cervera hizo otras dos sustituciones, ya que se quedaron en el banquillo Luismi y Manu Vallejo, cuyos puestos fueron ocupados por Montoro y Masca. Los cambios revitalizaron algo el juego de los azules que, al menos, fueron capaces de que lo poco que pasaba fuera en el campo de los locales. El equipo era capaz de hacer circular el balón, pero seguían faltando ideas en la zona de ataque para crear ocasiones de gol. La presencia de Montoro daba más salida al juego de los ovetenses, mientras que el Mirandés ya esperaba a pillar una contra con la que pudiera llegar la sentencia del encuentro.

Las ocasiones empezaron a llegar para los ovetenses y la más clara fue un buen pase de Dani Calvo a Bretones que puso el balón al área y Masca remató, pero lo hizo a las manos de Herrero, que evitó el gol.

Cervera dio entrada en el campo a Borja Sánchez, primero y luego a Raúl Moro, en busca de mejorar el rendimiento del equipo por las bandas. El juego seguía desarrollándose en el campo rojillo, pero el gol no acababa de llegar. El Mirandés pudo marcar el segundo en un remate de Pinchi que se fue muy alto de forma incomprensible, ya que estaba solo.

Poco a poco la desesperación se iba apoderando de los de Cervera que empezaban a precipitarse una y otra vez y cometer pérdidas de balón muy peligrosas que un Mirandés agotado no acababa de aprovechar y eso alargaba la vida de los ovetenses. Masca aportaba algo de mordiente al ataque, mientras que Borja Bastón apenas aparecía en ninguna de las facetas del juego, ya que ni ganaba duelos, ni remataba, ni ejercía presión sobre la salida del juego rival.

Borja Sánchez se metió al centro del campo para tratar de dar criterio a la salida de balón, pero se encontraba en una zona muy atascada y apenas era capaz de encontrar a algún compañero.

Hasta el final el equipo lo intentó, pero no fue capaz de crear ocasiones más allá de faltas lejanas para poder igualar y acabó perdiendo un nuevo encuentro que le complica la vida y acerca los problemas.