El Oviedo pide ayuda a sus aficionados para las familias ucranianas

El club, que ha podido acoger a estas tres familias gracias a la intermediación de su exportero Andrey Lunin, está buscando un piso más amplio donde acoger a todos sus integrantes. Y es que a la madre y al hijo que llegaron el pasado jueves, se unieron el domingo otras dos familias más que aún tratan de sacar el país a otras dos hermanas. «Están intentando subirse a un convoy que les permita iniciar su viaje a España. Esta mujer y su hijo llegaron junto a otro niño, su madre y su hermana, y todos ellos fueron trasladados personalmente por el padre de Lunin, que ya está de nuevo en Madrid ayudando desde allí a los refugiados», explica la nota informativa del club.

Todo lo requerido se recogerá en las instalaciones que el club tiene en FUNDOMA, donde está ya integrado el primero de los niños en llegar, un joven portero de 14 años que militaba en el FC Metalist Jarkov que ya dispone de guantes gracias al primer equipo azul y entrena junto al resto de niños, con los que intenta olvidar el calvario de los diez días de viaje huyendo del terror.

También otro de los niños, de once años, se va haciendo a su nuevo hogar, el oviedista. Este mismo miércoles recibía sus primeras botas para intentar recordar corriendo tras el balón que siguen siendo niños, al margen de la condición impuesta y obligada de ser refugiados de guerra. El Oviedo ha sentado las bases y el oviedismo, que reclamaba una forma de poder sumar su grano de arena, dará el resto ahora.