Al Oviedo le entra el vértigo

El equipo azul realizó un partido plano y sin ideas, sin demostrar lo mucho que se jugaba ante un rival de la zona baja de la tabla.

Tal como se esperaba Ziganda volvió al 4-42 habitual en el Carlos Tartiere. Las novedades en el once fueron la vuelta de Carlos Isaac al lateral derecho, Dani Calvo al centro de la defensa y de Borja Sánchez a la banda izquierda del centro del campo.

Al terreno de juego le sobraban metros al comienzo de partido, ya que los dos equipos solo utilizaban la zona central. Un juego de pases cortos y con poca profundidad hacía que el tedio se fuera adueñando de la tarde. Ninguno de los dos equipos era capaz de aportar profunidad. Sucesiones de pases horizontales y poco más. En ese reparto de fuerzas los locales daban la sensación de poder hacer más daño por la sola presencia del goleador Borja Bastón en el área.

El paso de los minutos animaba poco el espectáculo, aunque parecía que el filial donostiarra estaba más por la labor de cambiar el rumbo del encuentro y empezó a asomarse a la portería de Femenías a base de poner un poco más de intensidad.

Al tímido arreón de los visitantes le siguió otro de los ovetenses que fueron capaces de acabar la primera mitad en el área de los de Xabi Alonso, aunque sin generar ocasiones de peligro reseñables.

El resultado al descanso no podía ser otro que el empate sin goles, ya que ninguno de los dos equipos dispuso de ocasiones y lo que es peor para el espectáculo, no las mereció. Antes de que acabara la primera mitad Ziganda, que cumplía el segundo partido de sanción, dio órdenes para que salieran a calentar Sangalli y Montiel, a los que tras el descanso se sumó Javi Mier.

El paso por los vestuarios pareció sentarle mejor a los visitantes, que salieron al campo más enchufados y tuvieron una clara ocasión en un disparo de Alkain que se estrelló en el poste de la portería de Femenías. Esa jugada y dos cambios, la entrada de Sangalli y Montiel por Obeng y Borja Sánchez reanimaron algo a los azules, que empezaron a meter algo más de velocidad a su juego.

Un par de arrancadas de Viti fueron el toque a rebato para los carbayones que empezaron a ponerle otra cara al partido. El equipo de Ziganda empezaba a asociarse con cierta fluidez y con ello a dar cierta sensación de querer ir a por el partido.

Ese pequeño paso al frente del equipo no tuvo continuidad porque pronto volvió a caer en la rutina de los pases horizontales y la falta de mordiente. Por su parte, los visitantes amagaban pero no daban y la desesperación empezó a adueñarse de las gradas, ya que se veía como se escapaba la oportunidad de ganar el partido. La fórmula para tratar de reactivar el encuentro fue la entrada de Pombo por Viti, que desde la marcha de Borja Sánchez estaba en la banda izquierda del centro del campo.

Montiel pasó a ser el jugador al que todos buscaban, pero poco a poco fue desapareciendo y apenas entró en juego, con lo que el equipo tenía cierto dominio, pero sin ideas en la zona de ataque, lo que daba aire a los donostiarras.

En una contra de los de Xabi Alonso llegó la jugada que cambió el partido, ya que nadie fue capaz de frenar a Valera y Carlos Isaac acabó cometiendo penalti sobre el atacante de la Real, que él mismo se encargó de transformar en el gol que a la postre les daría la victoria.

Pese al duro golpe, el equipo azul tuvo la oportunidad de igualar el encuentro cuando Gómez cometió un penalti por desviar el balón con la mano en un remate de David Costas. El lanzamiento de Borja Bastón lo detuvo Zubiaurre y con eso se aseguraba los tres puntos para los visitantes.