Nueva generación del Requexón

En concreto en este Oviedo se han juntado cuatro que ya saben lo que es jugar al menos 100 partidos oficiales con el primer equipo: Borja Sánchez (126), Jimmy (106), Lucas (102) y Viti Rozada (100). El de Laviana fue el último en lograrlo tras jugar el pasado domingo ante el Huesca, y juntos conforman una generación asentada en el primer equipo que no se veía desde mediados de los 90. Con el añadido de que, en el caso de estos cuatro canteranos, Cervera tiene apuntaladas la defensa, el centro del campo y el ataque. No solo de laterales viven las canteras, y la del Oviedo está recuperando la fuerza que tenía hace treinta años.

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Hay que remontarse a la temporada 94-95 para encontrar otra generación similar a la que disfruta ahora el oviedismo. Por aquel entonces, la afición azul vivía otra realidad, en Primera y sin haber pasado el calvario de descensos al que sobrevivió, y eran los Oli (235), Manel (203), Armando (172) y César (110), los que abanderaban el potencial de El Requexón. Todos salieron de allí para acabar superando el centenar de partidos oficiales como oviedistas, y en el caso de los dos primeros, con más de 200 encuentros en su haber. Entre Viti, Jimmy, Borja y Lucas solo hay dos años de diferencia como mucho, los mismos que había entre Oli, Manel y Armando. Esa misma campaña irrumpía con el primer equipo un César algo más joven, que jugó dos encuentros con el primer equipo y que al año siguiente eclosionaría completando el círculo de un grupo de canteranos que le sacaba más de un lustro. Algo similar a lo que sucede ahora con un Javi Mier nacido en los prolegómenos del 2000 y al que solo las lesiones le impedido rondar ya los cien partidos oficiales (62).

Ese goteo de mediados de los 90 no fue a menos durante las siguientes tres temporadas, en las que dieron el salto junto a César hombres como Iván Ania (201), Dani Amieva (138), Jaime (146) y Esteban (259), que acabaron superando también -y en algunos casos sobradamente- el centenar de partidos.

En ese camino otros jugadores como Mora entonces u Obeng ahora, que pasaron por los filiales, también dieron el salto hasta superar esa cifra de partidos oficiales. En la actualidad, y como en toda crisis si se sabe ver, han surgido también nuevas oportunidades de crecimiento paralelas a esta generación. Unas que si bien no son canteranos al uso, las protagonizan jugadores que han salido del filial para reforzar al primer equipo cuando este más lo necesitaba. Es el caso de Abel Bretones, fijo con Bolo y ratificado por Cervera, y Mángel, que llegó a principios de noviembre por la falta de mediocentros sanos y lo hizo para quedarse. Ambos han renovado ya como jugadores del primer equipo y quien sabe si el partido a partido les lleva también, en un futuro no muy lejano, a engrosar la lista del club de los cien.