Sergio Egea, en el aparcamiento del Tartiere, rodeado por aficionados.

«Me voy por el bien del club»

El entrenador argentino argumenta que «cuando un cuerpo técnico no suma, no puede restar»

RAMÓN JULIO GARCÍA

Miércoles, 16 de marzo 2016, 02:06

Como ha venido se va. Sergio Egea se despidió ayer del banquillo del Real Oviedo sin reproches, con elegancia y llevándose el cariño de los aficionados que ayer, una vez más, se lo volvieron a demostrar. El ya extécnico oviedista reconoció «desavenencias» con parte de ... la plantilla.

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Además, el entrenador argentino volvió a poner por delante al club y señaló que «la institución está por encima de las personas. Si en un momento el cuerpo técnico no suma, no hay que restar».

En la despedida del técnico Joaquín del Olmo reconoció lo doloroso del momento e indicó que tanto él, como el entrenador, son «gente de códigos y no vamos a decir cosas que perjudiquen al Oviedo».

Egea compareció en la sala de prensa del Carlos Tartiere acompañado del asesor del club, Joaquín del Olmo, y del director deportivo, Carmelo del Pozo. En la sala de prensa también estuvo presente Carlos María Rodríguez, hasta el lunes segundo entrenador del equipo.

El técnico argentino comenzó su despedida recordando que cuando llegaron al club él y Carlos María Rodríguez lo hicieron «con muchas dudas sobre mi persona y Carlos. A medida que ha ido transcurriendo el tiempo hemos hecho un trabajo importante, positivo». Egea aseguró que ahora se va con «una satisfacción muy grande a nivel personal y grupal por lo conseguido».

El entrenador confirmó lo que el día anterior había dicho Arturo Elías sobre los problemas en el vestuario y explicó que había «desavenencias con algunos chicos del vestuario». Del mismo modo, reconoció que lo sucedido el pasado lunes en el entrenamiento y posteriormente en el vestuario fue «una situación embarazosa».

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Egea asumió que se pudo exceder en la discusión con Dani Bautista y Fernández -«se me pudo ir de las manos», dijo-, pero lo justificó afirmando que «uno tiene unas exigencias grandes y busca lo mejor para el club. Entiendo que no es con maldad, sino buscando el beneficio para el club».

«He pasado 20 meses geniales, intentando hacer lo mejor posible para el Oviedo», señaló Egea, quien agradeció a Arturo Elías y Joaquín Del Olmo que hubieran «confiado» en él y por la plantilla que pusieron a su disposición. Un grupo de jugadores que, a su juicio, fue lo que ayudó a «conseguir los objetivos». También agradeció a los jugadores su disposición en todo este tiempo: «Gestionar plantillas es una dificultad y sin su voluntad y entrega no hubiera sido posible todo».

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Total libertad

Además, el entrenador aseguró que durante los 20 meses que estuvo en el banquillo oviedista se sintió respaldado y aseguró que tuvo «libertad para ejecutar todo. Ninguna desavenencia ha habido. No veamos fantasmas donde no los hay». También insistió en que dejar el equipo fue una decisión suya y que «es un día triste para mí porque sé que la gente me aprecia mucho. Oviedo es un máster para un cuerpo técnico y lo hemos llevado con responsabilidad».

«No debo ser un obstáculo»

Igualmente, justificó su marcha tras escuchar a los jugadores porque «uno, si tiene dignidad y honradez como yo, tiene que dar un paso al costado a sabiendas que pierde un puesto importante. Debo portarme como persona y no ser un obstáculo para nada». Finalmente no descartó la posibilidad de volver: «Si me invitan, las puertas están abiertas».

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Por su parte, Joaquín Del Olmo señaló que «la decisión no ha sido fácil. Conlleva una decisión de cosas. Estoy tranquilo, pero jodido, porque sé que es un técnico que nos dio muchas cosas». Del Olmo añadió, sobre Egea, que «al principio nadie creía en él. Se ganó la confianza y el cariño de la gente».

También dijo que Egea «tiene las puertas abiertas mientras yo esté aquí. Su honestidad y el respeto a los valores del club han sido enormes».

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