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RAMÓN JULIO GARCÍA
OVIEDO.
Miércoles, 19 de abril 2023, 01:30
La temporada para Carlos Pomares ha sido un calvario de lesiones. Hasta cuatro ha sufrido que le han tenido fuera del equipo la mayor parte del curso. El pasado sábado volvió a tener unos minutos y, pudo, asegura, «volver a sentirse futbolista». En el aspecto ... colectivo, el lateral lamenta que el equipo no haya sido capaz de encadenar dos triunfos en alguna fase de la temporada para poder pelear por otros objetivos más ambiciosos.
El valenciano tiene claro que si hay sensación de decepción se debe a que «tienes expectativas demasiadas altas» y entiende que en Segunda «es muy difícil aspirar a lo más alto desde el primer día». Eso se debe, en opinión del defensa, a que «hay muchos equipos con mucho dinero y es complicado».
Las lesiones ha sido el auténtico calvario con mayúsculas que ha arrastrado el equipo y ha mermado sus opciones. «Tuvimos muchas y no pudimos tener fondo de armario, algo que hace falta en una temporada tan complicada», resume Pumares, que insiste en que «todos queremos estar arriba, pero las temporadas y los rendimientos van como van, esto no es una operación matemática».
Un proyecto con continuidad y con una hoja de ruta bien definida es clave para progresar y crecer en el futuro inmediato. «Se trata de marcar una forma de trabajo en el club y seguirla. Eso es lo que te va a dar pie a estar más arriba en años venideros», precisa. La experiencia le dice a Pomares que «tener una forma de trabajar y seguirla todos es la clave del éxito». Una fórmula que ya adaptaron clubes como el Eibar o Leganés, «mientras que otros clubes mucho más grandes, pero sin esa metodología caen».
Respecto a la presente temporada, el lateral lamenta que el equipo no tuviera cierta continuidad en cuanto a los resultados para coger impulso. «Si no cosechas varios resultados positivos seguidos te hace salir al campo más temeroso y condicionado», advierte.
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Una de las causas más evidentes de la irregularidad liguera han sido las continuas ausencias a las que ha tenido que hacer frente el cuerpo técnico. «Las bajas han marcado mucho, con gente que se ha cargado demasiado de minutos. Ha sido una temporada atropellada, en todos los aspectos», reflexiona.
En lo personal, reconoce que ha perdido la cuenta del tiempo que ha estado lejos de los terrenos de juego. No es extraño que el sábado sintiera «algo especial» por volver a vestirse de futbolista y jugar ante el Tartiere. «Cruzar la línea de la banda, más que por los minutos que jugase, hizo que me volviese a sentirme futbolista», indica. No es fácil asumir tantos contratiempos seguidos. Pomares asegura que la única receta que entiende vale para hacer frente a esta situación es: trabajo. «Es lo único que se puede hacer y lo que me permite irme a mi casa tranquilo», apostilla.
En lo que resta de temporada Pomares tiene un objetivo claro. «Quiero es volver a sentirme futbolista, tener buenas sensaciones», subraya. «A pesar de que queden partidos importantes y sea el tramo más complicado del curso, para mí esta recta final ya tiene un sentido más personal», indica.No ha recaído de ninguna lesión, «porque todas han sido diferentes». No encuentra una explicación. Sí tiene claro que solucionarlo pasará por trabajar para evitarlas. El jugador, que tiene contrato, seguirá vistiendo de azul el curso venidero. «Soy feliz en Oviedo», sentencia.
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