Las lesiones, un mal endémico en el Oviedo

El resto de la plantilla se ha perdido algún partido por problemas físicos y en el caso de las roturas de fibras ha habido casos en los que las recaídas han sido tan preocupantes como recurrentes. Cuerpo técnico, servicios médicos y de fisioterapia, y los propios futbolistas se han esforzado por vaciar lo antes posible la enfermería. Sin embargo la tarea no ha resultado nada fácil. Más bien al contrario. «Mira que llevo años en el fútbol, y lo de este Oviedo me sorprende. No sé si es mal de ojo, pero ocurren cosas que habitualmente no pasan», explicó el propio Cervera antes de medirse al Eibar. Entonces lamentaba que cuando se recuperaba a uno, se caía otro, y que era algo tan extraño que había optado por no darle más vueltas. «Cuando no es un hombro, es una gastroentiritis, yo ya pregunto nada más llegar si pasa algo», lamentaba días antes por Jimmy y Bretones, y tras perder a Tarín para el resto de temporada. Y luego llegó el fallo renal de Juanfran. «Es que eso no es ni futbolístico ya», compartía con resignación.

No solo han condicionado las bajas por lesión, sino también las recaídas de hombres claves como Costas, Borja Sánchez o el propio Borja Bastón. Cada uno lleva tres roturas en lo que va de temporada, y peor aún es ponerse en las botas de Pomares, que va por su cuarto problema muscular en solo ocho meses como oviedista.

El primer indicativo de este mal endémico se remonta ya a la pretemporada del conjunto azul. En ella firmaron sus primeros problemas de este tipo Costas, Bastón, Miguelón -que se fue en invierno con dos en su haber- y Pomares. El central cayó al segun dia de trabajo y no pudo disputar ni un solo minuto de los amistosos. Regresó demasiado pronto, a principios de agosto,, y eso significó una nueva recaída y no poder debutar hasta la jornada 8 de liga, dos meses y medio después. Volvió en octubre y entonces fue un problema de espalda lo que le hizo perder dos partidos, misma dolencia que le haría ser baja de nuevo en Ipurua, en el derbi y la cita copera ante el Granada.

La tercera llegó en Andorra, a principio de año, y su vuelta se produjo en Anduva dos meses después, como un bálsamo para superar la lesión de Tarín. Lo mismo ocurrió con un Borja Sánchez que no se lesionó en pretemporada, pero que la empezó tarde. En septiembre sufrió ante el Ibiza su primera lesión muscular, y recayó un mes después en Albacete, forzado en el último partido de Bolo como técnico azul. Estuvo otro mes fuera por ese nuevo problema físico y tras volver del parón navideño, justo antes de recibir en Copa al Atlético, cayó por tercera vez. Al igual que ocurre con Costas, es ahora cuando su mejor versión empieza a ver la luz.

Tres roturas de fibras tiene en su haber también Borja Bastón, aunque el ariete se encuentra justo ahora inmerso en la última de ellas, la que se produjo el pasado sábado ante el Eibar. La primera llegó en el primer amistoso ante el Ferrol y la segunda hace solo dos meses, en Málaga.

Una plaga así apunta a un cúmulo de factores difíciles de prever, pero el club sigue abordando la remodelación de los diferentes departamentos de la entidad, y los servicios médicos han sido los últimos en ser tocados por la varita de Grupo Pachuca. A ellos se ha unido en las últimas horas el ovetense David Bonilla, doctor que ejerce en el Hospital Álvarez Buylla de Mieres desde hace siete años y que se incorpora ahora al departamento médico que lidera el mexicano César Durán.

Bonilla, de 37 años, es especialista en cirugía ortopédica, traumatología y lesiones deportivas. Su incorporación será inmediata: formará parte de la expedición del conjunto azul a Las Palmas, Lo hará en detrimento de Manuel Rodríguez, doctor los últimos 36 años del equipo carbayón y al margen ahora de los cuidados del primer equipo azul,