«La gente está en riesgo grave: sin ropa, comida o dónde dormir»

El terremoto con el que empezó la pesadilla que viven Turquía y Siria ha robado ya casi 50.000 vidas, pero golpea duro y de manera inexplicable a quienes, tras haber sobrevivido, intentan sobreponerse a la tragedia. Cuando las palabras ya casi se agotan, como las fuerzas, es hora de pasar a la acción y eso fue lo que hizo la Peña Azul Olivares tras conocer el alcance de la catástrofe. Lo primero en lo que pensaron, como toda familia, fue en los suyos: en su padrino, el exoviedista Juan Mata (Galatasaray) y en su socio de honor y también exjugador azul Ibra Balde (Boluspor). «Nos tranquilizó saber que estaban lejos del epicentro y que estaban bien, y empezamos a buscar maneras de ayudar a quienes no habían tenido esa suerte», explica María Álvarez.

Lo difícil, señala, no era tanto el recopilar la ayuda como el hecho de enviarla, y fue ahí cuando, «como si se alinearan los astros», el Real Oviedo y Grupo Pachuca se pusieron manos a la obra para hacer acopio de ayuda y hacerla llegar allá donde más falta hace. La peña se puso manos a la obra y aprobó una partida de 700 euros, más lo que cada socio quisera aportar, para cubrir las necesidades más acuciantes de la población turca y siria.

Para aportar lo más necesario, desde el mismo supermercado la propia María llamó a Ibra, siempre al otro lado del teléfono para la familia azul. Fue él quien les trasladó los bienes de primera necesidad que demandaban las autoridades, de lo más urgente a lo más importante. El senegalés, que siempre ha dicho sentirse un oviedista y un ovetense más, se emociona al hablar del «enorme corazón» que mueve a la peña oviedista y al que considera el club de sus amores. La situación, reconoce, no mejora con el paso de los días. «Estamos muy preocupados con el hecho de que pueda haber nuevas réplicas, y la gente apenas duerme. Hace tres días hubo otro, y volvió a llevarse vidas y a dejar nuevos afectados. Por mucha ayuda que se pida, parece que siempre es poca», lamenta, consciente del pavor que hay en un país que aún no ha dejado de revivir la desgracia.

El delantero, que vive en Bolu -entre Estambul y Ankara- junto a su familia, vive pendiente de los mensajes de ayuda que lanza el gobierno turco y hace lo posible porque estos se oigan también en nuestro país. «En todos lados se pide comida y bienes de primera necesidad. La gente afectada está en condiciones gravísimas, sin nada que comer, ropa que ponerse o lugar donde dormir. La tristeza lo inunda todo, pero como seres humanos tenemos que levantarnos y ayudarnos entre nosotros», recalca el punta, que insiste en que «nadie debe olvidarse de Siria». La pesadilla, traslada el senegalés, no ha terminado ni mucho menos. «En las últimas horas se habla de que lo siguiente puede ser un tsunami, aunque no se sabe cuándo. No se ha dejado de sufrir desde esa noche», explica Balde.

Siguiendo sus indicaciones, Olivares ha entregado ya productos para bebés como chupetes o leche en polvo, productos de higiene, linternas, pilas y ropa de abrigo. Alimentos no perecederos como harina, azúcar o frutos secos completaron un lote de cariño y ayuda que ya está en manos de la Fundación oviedista. Hay tiempo para más y es que el club seguirá poniendo su red y recogiendo la ayuda en la puerta 12 del Tartiere hasta esta misma tarde, de 17 a 20 horas.