Los jugadores se acercaron a la grada para agradecer el apoyo de los aficionados. ÁLEX PIÑA

El final que el Carlos Tartiere se merecía

La grada animó, vibró y apretó los dientes hasta el último minuto de partido: de la indignación con la roja al éxtasis de una victoria épica

M. SUÁREZ

OVIEDO.

Lunes, 7 de noviembre 2022, 00:55

Los 12.577 aficionados que acudieron ayer al Tartiere lo hicieron poco a poco y de manera paulatina, respondiendo a un horario que partía de golpe la sobremesa. Y, tras un arranque con una madera para su equipo, tuvo que arremangarse para reprocharle a Caparrós ... Hernández una expulsión que generó estupefacción y enfado a partes iguales.

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Tras el descanso, y con uno menos, la batalla se convirtió en otra. En aguantar los disparos y los centros, en aplaudir y arengar cada amago de contra, cada balón luchado y cada pase atrás del Granada. También pitos, siempre, a Caparrós Hernández para recordarle su enfado, y a los de Karanka para que no olvidasen que estaban en el Tartiere.

La guinda fue ver cómo se iban levantando los brazos, para acabar con las manos en la cabeza, cuando Enrich marcó de tacón. Un cuarto de hora más de sufrimiento, mordiendo y cantando por igual, y un final, el final, que se merecía el Tartiere.

De postre, por si fuera poco, Hugo Rama se quedó casi veinte minutos firmando autógrafos, haciéndose fotos y chocando la palma de los oviedistas más pequeños. Ese otro fútbol también suma.

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