Los errores condenan a un Oviedo menor

La derrota vuelve a alejar a los carbayones de las plazas de promoción a las que aspiraba entrar esta jornada. Además, pierde el golaverage con un rival directo en esa lucha.

El equipo azul saltó con mejores intenciones que tensión al encuentro y pronto se vio que no funcionaba, pero tampoco era un desastre. Los locales se adelantaron, pero en la última acción del primer tiempo y en la primera del segundo pudo llegar el empate en las botas de Alemao, que mandó al poste, y de Sebas Moano que disparó cruzado.

Sin embargó, el encuentro acabó en dos minutos, en los que Amath hizo dos goles, aprovechando la falta de intensidad de los locales en defensa.

Salieron los dos equipos al campo sin reservas de ningún tipo a buscar la portería contraria. Ambos querían el balón y lo querían para hacer daño. La presión era alta, más la de los ovetenses que se plantaban en el campo contrario para tratar de evitar el inicio de juego limpio por parte de los locales.

En cualquier caso ninguno de los dos equipos era capaz de llegar con claridad y todo se quedaba en intenciones. Por parte de los ovetenses faltaba continuidad en la circulación del balón. Además, cuando buscaban a Alemao en largo el brasileó pocas veces era capaz de alcanzar el balón y hacerse con él.

En una acción por la izquierda del ataque local, con un centro al segundo palo, Monchu controló y batió a Leo Román con un disparo cruzado. Se adelantaban los pucelanos y los ovetenses se veían abocados a remontar.

No estaban cómodos los carbayones que echaban de menos la claridad de ideas de Cazorla en la salida de balón. Faltaban recursos para sorprender a los de Pezzolano que seguían aumentando su control sobre el juego y todo lo interesante siempre sucedía cerca de la portería de Leo Román.

A medida que se acercaba el descanso y os ovetenses se desnudaban un poco para buscar con más intención el área rival, los vallisoletanos empezaron a mostrar peligro con sus contraataques.

Leo Román tuvo que intervenir en un par de ocasiones, pero quien estuvo más cerca de marcar fueron los ovetenses, además con Alemao como protagonista. El brasileño lo intentó primero con un lanzamiento de falta desde la frontal, pero el balón se estrelló en la barrera y salió a córner.

Sin embargo, la oportunidad más clara llegó en el último minuto del primer tiempo. Un saque de esquina de Colombatto le llegó a Alemao, en el segundo palo, pero el remate del brasileño se estrelló en la base del poste.

Así acabó el primer acto de un encuentro en el que los de Luis Carrión no estuvieron cómodos, no pudieron administrar el balón como suelen y acabaron pagándolo en la primera ocasión que concedieron.

En la reanudación los azules volvieron a tener una clara ocasión para empatar el encuentro. Un contraataque en el que Sebas Moyano se plantó ante Masip, pero su disparo salió cruzado. Fue el preludio de que el encuentro se fuera por el desagûe, con dos goles en un minuto de Amath para los locales.

Primero remató de cabeza un centro de Biuk desde la izquierda y luego colocó en la escuadra un disparo desde la frontal tras un error en la salida de balón de los ovetenses.

Los de Luis Carrión veian como tras disponer de dos ocasiones para empatar el encuentro, en el último minuto del primer tiempo y en el primero del segundo, acababan entregando el encuentro por falta de pegada y también de lectura del encuentro.

El técnico azul trató de reconducir la situación con un par de cambios. Borja Bastón entró por Alemao y Cazorla por Seoane. Unos minutos después Masca y Luis entraron por Sebas Moyano y Jimmy.

El resultado reflejaba lo que sucede en Segunda cuando falta atención en defensa e intensidad en cada disputa. Los azules saltaron al campo aturdidos y pese al impulso inicial fueron desapareciendo ante un Valladolid que tuvo un alto nivel de efectividad.

Colombatto distó mucho de ser el que venía siendo antes de ser baja por sanción. El argentino no fue capaz de tirar del equipo.

El tramo final del encuentro no tuvo historia y fue un dejar pasar los minutos hasta el pitido final.