23 años alejados de la Primera División parecen un detonante lo suficientemente potente para que una ciudad se vuelque con un equipo como lo está haciendo Oviedo con el suyo. Hay una locura pocas veces vista en la capital del Principado. Muy por encima de lo vivido en 2015 cuando se trataba de regresar al fútbol profesional y sólo aquel recibimiento de 1988, al regreso de Mallorca en el último ascenso a la máxima categoría. Lo que espera en la jornada de hoy amenaza con ser una fiesta que se recuerde durante mucho tiempo y que sólo estará pendiente de la guinda de que se dé un buen resultado que abra la puerta a superar la eliminatoria, en un campo que espera más de 27.000 espectadores.
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Fuentes de las que manan agua de color azul, ventanas de viviendas con banderas y bufandas, comercios decorados, un ayuntamiento decorado con una enorme bandera con el escudo en el balcón consistorial y una pancarta con el lema 'Vamos Oviedo' en el edificio de enfrente. Aficionados que llevan toda la semana sacando a la calle sus camisetas para dejar claro que estarán esta tarde en el Carlos Tartiere dejándose la garganta para dar el impulso que haga falta. En definitiva, una ciudad volcada con un equipo hambriento de gloria.
Hace años que se dijo que el fútbol es lo más importante dentro de las cosas poco importantes y tiene el poder de unir. Incluso los políticos, que muy pocas veces lucen unidad, son capaces de olvidar la ideología para ponerse detrás de la bandera de un equipo y eso fue lo que sucedió ayer en el consistorio. Todas las fuerzas políticas se unieron en apoyo del Oviedo y lanzaron mensajes optimistas sobre el resultado de esta tarde y seguirán apoyando para lograr el salto a la máxima categoría. Incluso la mascota del club, Garra, aprovechó la mañana para saludar a aficionados en el centro de la ciudad.
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Una vez más, los prolegómenos del encuentro estarán marcados por el recibimiento al equipo. El grupo Fondo Norte ha convocado a los aficionados a las 16.40 horas para acompañar al autobús desde el hotel Monumental Naranco hasta el Carlos Tartiere. La subida por la calle Alejandro Casona volverá a ser una muestra de apoyo incondicional y se espera una asistencia incluso superior a la que se vive en los derbis. Además, desde el fondo de animación se llama a todos los asistentes a participar en el mosaico que hay preparado para recibir al equipo y de una forma muy especial a los espectadores que estén ocupando el anillo azul norte que deberán participar de forma activa para que todo salga como desean.
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