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Dos Eurocopas, muchos años en la élite, también lesiones y un montón de vivencias relacionadas con el fútbol. Pero los últimos cuatro meses han sido especiales. Santiago Cazorla González (Lugo de Llanera, 13 de diciembre de 1984) se muestra sorprendido por el cariño que vive ... tras su regreso al Real Oviedo el pasado mes de agosto. El canterano azul tiene claro que mientras pueda seguirá jugando al fútbol, pero no ha tomado una decisión sobre su futuro. El cariño en el día a día por Oviedo y los aplausos en los campos en los que juega desbordan al jugador, que dice que eso es lo que se llevará cuando cuelgue las botas.
-¿Qué tal le va a Cazorla en el Real Oviedo?
-Muy bien, estoy muy contento. Está siendo una experiencia en lo personal muy bonita. Ojalá pueda ayudar a que se cumpla el objetivo. Estoy disfrutando mucho de esta nueva etapa de mi vida.
-¿Cómo han sido estos meses desde el regreso?
-Ha habido un poco de todo porque llegué sin tener el aspecto físico acorde a lo que necesitaba el equipo. Venía sin competir prácticamente tres meses y eso hizo que se alargara la espera para estar con el grupo. Luego empecé a encontrarme cada día mejor, pero fue una pena la lesión que tuve porque me estaba encontrando bien en lo deportivo y en lo personal. Ahora quiero recuperarme bien para seguir sumando.
-¿Esperaba una acogida como la que tuvo?
-Para nada. Sabía que la gente me tenía mucho cariño y cada vez que venía a Asturias me lo demostraba. Pero la verdad es que vivir lo que estoy viviendo era algo inimaginable para mí. Estaré eternamente agradecido a toda la gente de Oviedo, en especial, por todo el cariño que me dan a mí y a mi familia. No me esperaba que hubiera tenido una acogida tan grande.
-¿Qué es lo que más le sorprendió de todo?
-Sobre todo ver la ilusión que la gente está teniendo con el equipo. Nos falta mucho camino por recorrer, pero veo a la gente ilusionada, veo a la gente con ganas de ir al Carlos Tartiere a ver al equipo jugar. Eso es lo más bonito para el equipo. Ver que la gente está enganchada. Y eso es algo que no tenemos que perder de aquí al final de temporada.
-¿Está satisfecho con la decisión de regresar en este momento al Real Oviedo?
-Sí, por supuesto. Es una decisión que tenía muy, muy meditada desde hace mucho tiempo. Desde el día en que me fui siempre tuve clavada esa espinita de jugar en mi casa. La verdad que está siendo todo muy bonito y espero poder seguir disfrutando todo este tiempo.
-¿Cómo es ahora el día a día de Cazorla?
-Lo de siempre: llevar a los niños al colegio, venir a El Requexón, entrenarme, subir a casa a comer con mi mujer y luego las tareas de extraescolares con los niños. Mi hijo entrena con el equipo cadete del Real Oviedo todos los días, menos los martes, y eso hace que tenga las tardes más o menos ocupadas. A eso me dedico de lunes a sábado.
-¿Al niño también le gusta el fútbol?
-Le encanta. Es un enfermo del fútbol. Siempre lo ha sido desde que nació. Ahora está jugando en el cadete, disfrutando también a su manera el empezar en este mundo y muy ilusionado viendo lo que significa para mí la vuelta al Oviedo. Intento ayudarle para que disfrute de este deporte, que es lo más importante.
-¿Qué le dice la familia de esta vuelta a casa y todo lo que le está rodeando?
-Ellos son los primeros que hacen que me mantenga con los pies en el suelo, saben que es muy bonita la vuelta a casa, pero también es mucha responsabilidad para mí y para ellos. Siempre han sido un apoyo fundamental en todas las decisiones que he tomado y en la de volver a casa han sido parte fundamental de ella. También lo están disfrutando, pero me ponen los pies en el suelo sabiendo que tengo que disfrutar de esta experiencia, pero siendo responsables como siempre hemos sido.
-¿Cómo es su relación con los compañeros?
-Muy buena. Tenemos un gran vestuario y, si algo hay bueno dentro del equipo, es ese grupo humano. Creo que es fundamental para conseguir éxitos. Siempre he dicho que todos los grandes equipos que han ganado cosas es porque había un gran vestuario y aquí lo tenemos. Contamos con una mezcla de veteranía y juventud que es muy importante para el grupo y, sobre todo, que somos grandes amigos antes que compañeros
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-¿Le tienen mucho respeto?
-Bueno, al principio igual un poco, pero luego van perdiendo el miedo y ya me hicieron algunas bromas en el vestuario porque saben que a mí me gusta el buen ambiente. De respeto, como a uno más de la plantilla. Soy uno más y no me tienen que mirar diferente.
-¿Le ha sorprendido algún compañero?
-Muchos. Es verdad que yo seguí al Oviedo toda mi carrera. Incluso cuando estaba fuera veía todos los partidos que podía, aunque es diferente que cuando compartes con ellos el día a día. Hay muchos buenos jugadores. Algo que está haciendo muy bien el club es tirar por la cantera, están subiendo chavales que se entrenan con nosotros que tienen un gran futuro. Luego hay jugadores que nos están sorprendiendo a todos, como es el caso de Colombatto, que es un futbolista que nos está aportando muchísimo. Es un grandísimo fichaje. Pero destacaría por encima de todo el bloque, porque somos un gran bloque por encima de las individualidades.
-¿Siente una especial responsabilidad?
-Está claro que soy muy autoexigente conmigo y eso a veces es contraproducente porque yo intento hacer siempre las cosas lo mejor posible. Es cierto que trato que no sea algo que me pueda ir en contra, pero tengo la exigencia de querer dar el cien por cien en lo que hago y aquí aún más porque es mi casa. La autoexigencia es mayor porque es un paso muy importante en mi carrera y donde sí quiero dejar una buena huella.
-¿Cómo vivió el mal inicio de temporada?
-Con frustración porque además no podía ayudar al equipo. Las primeras siete jornadas no pude participar y se sufre mucho más. Sufría por la situación en la que estábamos, pero yo en particular porque veía que no podía ayudar a los compañeros jugando que es al final lo que he venido a hacer. Fueron momentos complicados porque, aunque era el inicio de Liga, cuando te ves ahí abajo, cuesta salir. Por suerte ahora lo vemos de forma diferente, pero fueron semanas complicadas.
-La forma de jugar de Luis Carrión se adapta a su estilo...
-Para mi perfil está claro que me ayuda más a estar más cómodo dentro del terreno de juego y la manera que quiere el míster. Creo que es respetable cualquier forma de la que quieras que juegue tu equipo. Al final todo se basa en el resultado. Está claro que con Cervera no conseguíamos los resultados y esa es la clave. Si con Cervera se jugara de otra manera y el Real Oviedo ganara, todo el mundo estaría contento. Ahora Carrión ha venido, ha instaurado otra manera de jugar al fútbol y eso encima se está convirtiendo en puntos y en un buen juego, que es lo que importa. Estamos muy contentos con cómo nos están yendo las cosas ahora.
-¿Hasta dónde puede llegar este equipo?
-Tenemos que ponernos el techo muy alto, porque al final la ilusión que tenemos todos es que el Real Oviedo esté en Primera División lo antes posible. Ojalá lo podamos conseguir este año. Está claro que queda mucho camino por delante, tenemos muchas cosas que hacer y que mejorar, pero hay que ilusionarse, pensar en entrar en el 'play off' y luego ver hasta dónde puede llegar este equipo.
-En los campos en los que ha jugado esta temporada ha salido ovacionado.
-Es algo que también era inesperado, porque al final que te aplaudan en casa lo ves como algo normal. Pero que vayas a jugar con el Real Oviedo a Zaragoza, Amorebieta o campos como Eldense y cada vez que salgo a calentar o me cambian recibir esos aplausos es el mayor trofeo que me voy llevar el día de mañana. Por encima de todo lo que he conseguido, el tener el cariño de todos los aficionados es lo más bonito que se puede llevar un futbolista.
-¿Tiene relación frecuente con Jesús Martínez?
-Con Jesús hablé cuando decidí volver al Real Oviedo. Tuvimos una videollamada para hablar. Luego por circunstancias tampoco ha podido venir con nosotros, pero hablo más con Martín (Peláez, el presidente) que es su mano derecha en el club. Intento estar ayudando en todo lo que puedo, pero con Jesús sí es verdad que tampoco he tenido mucho trato porque al final él también tiene sus cosas en México y anda bastante liado también. Espero que pueda venir pronto y conocerlo en persona.
-Su contrato acaba el 30 de junio. ¿Ha pensado ya algo de su futuro?
-No, no he pensado nada. Quiero disfrutar del fútbol mientras me encuentre bien física y mentalmente. Voy a intentar seguir jugando al fútbol. No sé si en junio la decisión será otra, pero tampoco me marco ninguna decisión a largo plazo. El mundo del fútbol me ha enseñado a pensar en el día a día, a disfrutar de poder venir a entrenar con mis compañeros, a intentar jugar todos los minutos y partidos posibles para ayudar al club... Y, luego, cuando llegue el momento, decidiré. A día de hoy no sé lo que voy a hacer, no tengo nada decidido.
-¿Lo que está viviendo es lo que esperaba cuando tomó la decisión de volver?
-Sí, sí, en lo personal la verdad es que, aunque parece una tontería, cada vez que vengo a entrenar por la carretera de El Requexón me emociono porque me recuerda a cuando era un niño de once o doce años y venía a jugar con toda la ilusión del mundo. La ciudad deportiva prácticamente es la misma y me vienen muchos recuerdos muy bonitos personales que son difíciles de explicar. La verdad es que está siendo muy bonito todo.
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