Cuando termine el partido de Cornellá entre el Espanyol y el Oviedo, se conocerá el nombre del último equipo que militará la próxima temporada en Primera. En esos mismos momentos se estará buscando al conjunto número 22 de Segunda entre el Córdoba y el Barcelona B. A priori esas dos eliminatorias no tienen nada en común, pero en el fondo están más unidas de lo que los aficionados puedan pensar.
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Luis Carrión desea con todas sus fuerzas llegar a Primera con los carbayones, pero su corazón cordobesista le hará estar pendiente del Nuevo Arcángel. Iván Ania quiere su segundo ascenso a la categoría de plata y afrontará el choque mucho más feliz si su Oviedo del alma está de regreso en la Liga de las estrellas. Lo único que es seguro es que, si ambos resultados sonríen, los dos entrenadores se juntarán para festejarlo y además lo harán arropados por dos aficiones que están enloquecidas con sus equipos y sus entrenadores.
Carrión ya estuvo sentado en el banquillo del Córdoba. Lo hizo por primera vez en la temporada 2013-14 como ayudante de Pablo Villanueva y, tras la destitución de éste, dirigió un partido a los verdiblancos para luego seguir como segundo de Chapi Ferrer logrando un ascenso histórico a Primera División. En la máxima categoría se mantuvo en el puesto y, tras la llegada de Djukic para sustituir a Ferrer, también fue designado ayudante del serbio. Los malos resultados dieron por terminada la etapa de Djukic y el club decidió dar las riendas del banquillo al técnico del filial, José Antonio Romero, y Carrión se puso al frente del filial.
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Ramón Julio García
La situación clasificatoria del equipo era muy delicada y no logró salvar la categoría, pero se mantuvo en el puesto y al curso siguiente logró el ascenso de forma brillante, siendo campeón de su grupo de Tercera y eliminando al Lorca en el 'play off' de ascenso.
Su buen trabajo en el segundo equipo le valió para que el club decidiese darle las riendas de la primera plantilla, tras la destitución de José Luis Oltra. Logró enderezar el rumbo del equipo en Segunda y el consejo de administración le renovó para la campaña 2017-18, pero un mal arranque le costó el puesto en la jornada 10. Hace un par de meses, Carrión ya explicó lo que significa el Córdoba en su vida: «Es un club muy importante. Ya desde jugador estuve mucho tiempo. Como aficionado, también. Luego entre en cuerpos técnicos, con el filial conseguimos ascender y con el primer equipo también».
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La historia de Iván Ania con el Oviedo es aun mas profunda. Nacido en la capital, toda su formación transcurrió en la casa azul. Desde allí se convirtió en un asiduo de las selecciones inferiores en unos años en los que la cantera oviedista era un referente en toda España. Junto a otros nombres como César Martín, actual responsable de la Fundación, Dani Amieva y Jaime Fernández, fueron una generación que llegaron al primer equipo que estaban llamados a conseguir grandes logros, pero a los que un descenso y una crisis económica atropelló.
Su estreno como jugador del primer equipo azul llegó en un derbi contra el Sporting en la temporada 1994-95 que terminó con triunfo azul por 1-0. Tenía 18 años y ya no se movió del primer equipo azul hasta la llegada de la gran crisis deportiva y económica. Él fue el último jugador azul que marcó un gol en Primera, en aquel doloroso 4-2 encajado en Mallorca que mandó a los azules a Segunda. Aunque empezó la temporada 2001-02 en Oviedo, fue traspasado por algo más de 3,6 millones de euros. Rayo Vallecano, Nástic, Cádiz, Lorca y Covadonga fueron sus siguientes clubes, antes de que regresase al Oviedo para cerrar su carrera como futbolista con el equipo en Segunda B.
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Su carrera de entrenador arrancó en el Covadonga y de ahí pasó al Vetusta, pero no le dieron la oportunidad de dirigir al primer equipo. Se fue al Caudal, con el que logró un ascenso a Segunda B y posteriormente se marchó al Villanovense, antes de recalar en Santander, al que ascendió a Segunda División. Dos temporadas en Algeciras fueron la antesala a su llegada a Córdoba, con el que está buscando un nuevo ascenso.
El ovetense ya vaticinó buenas cosas para el Oviedo el pasado mes de marzo: «Tengo la sensación de que esto es el principio de algo importante y que tiene que acabar en un futuro ascenso. Se están poniendo unas bases sólidas, con una idea clara de lo que se quiere hacer y ojalá que este mismo año se pueda dar el salto a Primera».
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Carrión y Ania compartieron vestuario en el Nástic en la campaña 2004-05 y desde entonces forjaron una buena amistad que se mantiene en la actualidad y de forma más marcad desde que cada uno ocupa el banquillo del equipo del alma del otro.
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