Los cambios impulsan al Oviedo

Las internadas de Bretones por la izquierda hicieron estragos en la defensa visitante en la segunda mitad. Los azules salen de la zona de descenso y parecen dejar atrás las dudas. El once de los azules fue el mismo que el pasado domingo ganó al Eldense, tras superar sus molestias Seoane y Luismi. La disposición en el campo también fue la misma.

Aunque el reparto era el mismo la película fue diferente a la del encuentro del pasado domingo, sobre todo porque el rival era diferente y tenía la lección aprendida. El Huesca decidió apretar muy arriba y eso dificultó la salida de balón de los ovetenses.

Sin embargo, no todo era mérito del rival, ya que una parte del problema estaba en la mala toma de decisiones de los ovetenses. Paulino, Seoane y Viti, que en varias ocasiones intercambiaron sus posiciones tampoco se ofrecieron lo suficiente para generar líneas de pase. Colombatto lo intentaba, pero tampoco. En definitiva el conjunto ovetense apenas se acercaba a la portería de Álvaro Fernández, mientras que Leo Román si tuvo algo de trabajo, además de algún regalo envenenado de sus compañeros en forma de pase para que diera continuidad al juego.

El partido era especialmente aburrido, ya que la apuesta del Huesca solo se centraba en minimizar el juego de los ovetenses. Pero a base de robar balones en el inicio de juego de los de Carrión llegaron un par de ocasiones, las únicas en la primera mitad, pero no acertó en los remates.

Viti y Bretones eran los únicos que proponían algo por la izquierda y el poco peligro que creó el equipo llegó por ese costado. Sendos centros de Bretones, en el primero Borja Bastón reclamó penali y el otro fue al segundo palo, donde Oier Luengo no pudo rematar.

S. D. Huesca: Álvaro Fernández; Vilarrasa, Blasco, Pulido, Loureiro; Javi Mier (Sielva, min.60), Balboa (Kento, min.77), Rico; Lombardo (Hugo Vallejo, min.69), Kante (Bolivar, min.60) y Martinez (Nieto, min.69).

Pese a que no estaba funcionando, el equipo mantuvo en todo momento su propuesta y nunca renunció a tratar de crear desde atrás a base de combinar una y otra vez. La posesión era claramente para los ovetenses, pero siempre en su campo y sin peligro. Ni un solo disparo en toda la primera mitad fue el botín ofensivo de los ovetenses antes de pasar por el vestuario.

Por si esto fuera poco, el arbitraje desquició a la grada y también algo a los jugadores, lo que le costó una amarilla a Colombatto.

En el inicio de la segunda mitad los ovetenses, al menos, le metieron más velocidad a sus acciones y dieron un paso adelante, lo que hizo que el escenario del juego se trasladara al campo oscense. Los azules eran los que empezaban a robar más cerca de la portería visitante y llegaban más que en todo el primer tiempo.

Primero fue un robo de balón de Luismi a Pulido que dejó solo a Borja Bastón en una esquina del área, pero el disparo del delantero lo despejó el defensa Blasco. Bretones comenzó a percutir por la izquierda y puso dos grandes centros a Borja Bastón. El primero lo mandó el madrileño a las manos del portero, mientras que el segundo, que se inició en un buen centro de Colombatto al desmarque de Bretones, no lo alcanzó a rematar el delantero.

El partido ya era otro. Los azules tenían sometido y arrinconado en su campo al Huesca

Carrión movió el banquillo para dar entrada a Santi Cazorla por Seoane y a Sebas Moyano por Paulino. Luego dio un paso más ofensivo al meter a Romario Ibarra por Oier Luengo y pasar a Viti al lateral.

Estaba claro que el peligro llegaba siempre por el mismo costado, el izquierdo, con las incorporaciones de Bretones, al que Ziganda intentó tapar con Nieto en la segunda mitad, pero no fue suficiente. Un centro del langreano lo controló Sebas Moyano en el área y a la media vuelta marcó su primer gol con la camiseta azul.

El conjunto ovetense recogía el premio a su buena segunda mitad, en la que fue el equipo ofreció una imagen completamente diferente y fue más ambicioso, además de estar mucho más acertado a la hora de salir jugando el balón.

El Huesca estaba desencajado y todas las virtudes de la primera mitad se fueron desvaneciendo poco a poco. Ni con el marcador en contra mostró síntomas de poder reaccionar ante el dominio de los ovetenses.