Calleja y su cuerpo técnico ya lograron la mejor versión del centrocampista

Santi Cazorla vivió la cara más amarga del fútbol con la grave lesión de tobillo que estuvo a punto de retirarle del fútbol. El centrocampista se pasó en blanco la temporada 2017-18 y el Villarreal le abrió las puertas para hacer una pretemporada. El centrocampista demostró que estaba recuperado y el club le firmó un contrato para que se pusiese a las órdenes del que había sido su compañero en el vestuario amarillo, Javi Calleja.

En el primer año, Cazorla jugó 35 partidos de Liga, en los que anotó cuatro goles y repartió diez asistencias, el enorme rendimiento le sirvió para que Luis Enrique, entonces seleccionador nacional, le volviese a llamar para jugar con España, cuatro después de su último encuentro y cuando ya nadie parecía creer posible que volviese a defender la camiseta de España, con la que había conquistado dos veces la Eurocopa. Las cifras fueron mucho mejores al año siguiente. El ‘Mago’ repitió el número de partidos, pero su capacidad anotadora se fue hasta los 11 goles y repitió el número de asistencias. Al término de esa campaña, Cazorla hizo la maleta para marcharse con Xavi Hernández al fútbol qatarí, donde la bajada de exigencia no hizo mella en su rendimiento para convertirse en una pieza clave del Al-Sadd, hasta que decidió regresar al Oviedo.