Un avión cargado de ilusión y esperanza

Un avión con doscientos pasajeros despegó a media tarde ayer del Aeropuerto de Asturias con destino Barcelona. Viajaban en él representantes del club, familiares de futbolistas y representantes de los medios de comunicación. Todos compartían un deseo: hacer realidad el sueño del ascenso.

Algunos de los pasajeros del vuelo no eran conscientes de lo que hay en juego esta tarde. Son los hijos de algunos de los futbolistas de la plantilla que viven, no todos, ajenos a la relevancia del envite ante el Espanyol. Ellos fueron protagonistas del viaje como también lo fue el máximo responsable del Grupo Pachuca Jesús Martínez, sentado en primera fila junto a su esposa y al consejero, Pedro Cedillo, persona de su máxima confianza.

Entre el pasaje se encuentran también los padres de algunos de los canteranos que viven estos momentos con una enorme emoción. Ellos se conocen desde hace muchos años, cuando empezaron a coincidir en las categorías inferiores del Real Oviedo. Ahí surgió una amistad que han fortalecido con el paso del tiempo, mientras sus hijos han pasado de ser promesas a realidades en el equipo de su corazón.