Ávila - Real Oviedo: Una Copa derramada por juego y penaltis

Los ovetenses quedaron de esta manera apeados de la competición y y con la moral tocada. El Oviedo se queda solo con la Liga en lo que queda de temporada y en la que será mirado con lupa.

Javier Calleja improvisó un equipo con cambio de sistema, con un 4-4-2. Se estrenó Braat en la portería, así como el jugador del filial Adri Lópes en el lateral izquierdo y Jaime Vázquez en el centro de la defensa. En el resto, salvo la posición de Álex Cardero como mediocentro, fueron situaciones bastante previstas. Los ovetenses salieron claramente dispuestos a hacer valer su superioridad en el campo y pronto tomaron la iniciativa en el juego. El problema para los ovetenses es que les faltó algo de control en el centro del campo. No obstante, las situaciones de peligró siempre fueron en el área local.

Uno de los problemas que tenía el equipo era la falta de centrocampistas que pudieran tener juego combinativo y que permitiera llegar al área contraria con el balón controlado. Los de Javier Calleja tenían el balón, pero en escasas ocasiones eso les permitía generar ocasiones de peligró ante la portería local. Hasta el borde del área todo eran facilidades, pero faltaba claridad de ideas en los últimos metros.

Paraschiv y Masca estaban desasistidos por parte de sus compañeros y apenas entraban en juego. Sebas Moyano, en algunas acciones individuales, fue el primero en intentarlo, pero sin acierto, ni fortuna. Las pocas veces que el conjunto azul llegó por los costados no hubo centros peligrosos al área.

En los minutos finales de la primera mitad, la falta de pegada de los ovetenses dio alas a los locales, que se estiraron y dispusieron de un par de oportunidades. En la primera de ellas, Toper sacó un disparo que Braat detuvo en una buena intervención.

El conjunto ovetense tuvo el control, pero no le sirvió de nada, ya que no generó ocasiones de gol suficientes para decantar el marcador a su favor. Faltó algo de pausa y de ser capaces de poner balones al área, donde por primera vez el equipo contaba con dos delanteros. El Ávila ponía intensidad y tuvo las suyas en el tramo final de la primera mitad.

Tras el descanso, el panorama no cambió demasiado, con los ovetenses llevando la iniciativa, pero sin ser capaces de concretar ese dominio en una acción que decantara el partido. Calleja trató de revitalizar al equipo con los cambios, dando entrada a Colombatto, Lemos y Chaira. Este último fue el que más incordió a la zaga local, ya que le imprimió velocidad al ataque y generó un par de ocasiones de peligro. Sin embargo, seguía faltando el acierto en el último tramo del campo. Eso sí, el Ávila casi no salía de su propio campo y tenía bastante con aguantar el marcador.

El paso de los minutos empezó a llevar cierto nerviosismo a los ovetenses y la reacción del técnico azul fue quemar las naves con la entrada de Alemao en sustitución de Sibo. El partido entraba en su fase decisiva con un bloque ovetense sin acabar de encontrar caminos a la portería local. La falta de ideas iba cada vez a más en los ovetenses, que se empezaban a precipitar en su afán por encontrar el gol que desatascara el partido. El encuentro se encaminaba a la prórroga, entre otras cosas gracias a Braat, que en el último minuto salvó un gol de los locales con un remate de Caio López desde el área pequeña.

La prolongación era un ejercicio de supervivencia de los locales ante uno de impotencia de los visitantes, incapaces de hacer valer la superioridad que se presupone por la diferencia de categoría de ambos equipos. Al final, el marcador no se movió y se llegó a los penaltis y los errores.