Víctor Camarasa. Exfutbolista del Real Oviedo
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Víctor Camarasa. Exfutbolista del Real Oviedo
«No me arrepiento de nada, hice lo que estaba en mi mano para ayudar»Víctor Camarasa (Valencia, 1994) acaba de cerrar su etapa como jugador del Real Oviedo. Lo hace un año y medio después de haber llegado y con la sensación de no haber podido aportar todo lo que le hubiese gustado. Su aterrizaje estuvo marcado por las dudas sobre su estado físico. Se va encantado con el trato de la gente, con lo vivido en la ciudad y sin saber donde le llevará el futuro, pero ha recuperado toda la ilusión.
–No ha sido una temporada sencilla para Víctor Camarasa…
–No. Al final había estado dos años y medio con el tema de la rodilla y ahora hablo con mis amigos y les explico que estoy genial y eso es lo que importa. Pero era el momento perfecto porque había acabado bien el año pasado, un proyecto tan ambicioso... Además, el equipo jugaba bien y el estilo me beneficiaba. Pero no se han cumplido las expectativas que tenía puestas en mí mismo, porque soy el más exigente. Surgió así y no se puede volver atrás. Todo pasa por algo. No me arrepiento de nada, porque hice todo lo que estaba en mi mano para ayudar al equipo. Eso es lo que se me va a quedar.
–¿Le afectó el foco que tuvo con el problema de salud mental?
–Me aparté y estuve al margen de todo en el tiempo que estuve fuera. Cuando volví se habló más del tema, pero estoy agradecido a los periodistas, al club y a la afición porque todos se portaron muy bien conmigo. No fue estar hablando todo el tiempo de eso. Tuve mucho apoyo de todo el mundo, no se me hizo pesado, di un par de entrevistas y sí que dije que ya no quiero hablar más de ello. Solo quería hablar de fútbol porque estaba bien. No lo llevé mal al volver.
–Cuando volvió empezaron los problemas con la fascitis…
–Nunca había tenido nada de eso. Había dolor, pero me infiltré y jugué varios partidos así. No hay tiempos fijos para recuperarse, pero al final tomé la decisión de viajar a Madrid a pincharme con un doctor y empecé a mejorar. Surgió así y no hay que darle más vueltas. No me dejé nada para estar bien y eso es lo importante.
–¿Le dolió escuchar que no quería jugar?
–El problema mental que tuve nunca fue por culpa de los comentarios de la gente. Para nada. Eso siempre lo llevé muy bien y no me afecta. Siempre ha habido mucha más gente apoyando que 'heaters', pero sí me hizo gracia cuando oía que me llamaban cuentista. La gente no sabe lo que se sufre cuando no puedes jugar. Me pasó un día saliendo del estadio. Me paré a firmar y desde la distancia un aficionado con su hijo me llamó cuentista. Y lo hacen sin saber lo que le pasa a uno. Yo era el primer afectado por no poder jugar, por mi carrera, por mi futuro, por todo el tiempo que llevaba sin jugar y las ganas que tengo. Al final son tres o cuatro gatos y no te pueden afectar porque los hay en todos los sitios.
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Ramón Julio García
–En Oviedo volvió a sentirse futbolista hasta las lesiones.
–Han sido muchos contrastes. Cuando llegué estuve un mes con bastante dolor en la rodilla, pero gracias a Dios, con un tratamiento en ocho días, estaba perfecto y no he vuelto a tener ni una solo molestia. Estoy genial. Llegó la pretemporada y no estaba cómodo. Lo que conté en su día. No sé por qué las cosas se dan, pero aquello no lo podía controlar en aquel momento. Por suerte, ahora sí. Luego, la fascitis. Parecía que sí, pero era que no.
–¿Qué momento destacaría de su estancia en el equipo?
–Cuando volví del tema mental, en el primer partido en el Tartiere, marco el 2-0 al Alcorcón. Ese momento con la gente me emocionó bastante y luego con todo lo vivido con mis compañeros. He tenido suerte de estar en este vestuario. El día a día con el club he estado muy bien. Ojalá hubiese podido ser más tiempo, me hubiera encantado.
–Terminó contrato y el club no le ofrece seguir. ¿Lo esperaba?
–Lo daba por hecho. Al final, he estado poco tiempo disponible. No he jugado nada. Me encontraba bien, aunque no estuviese para 90 minutos, pero hubiese podido ayudar. No me extraña.
–¿Cómo es el recuerdo que se lleva Camarasa de Oviedo?
–Es bueno. Las expectativas que tenía al ir no eran muy altas, sobre todo por el clima, porque le doy mucha importancia. Pero Oviedo y Asturias me encantan, igual que a mi pareja. La ciudad me sorprendió para muy bien y el tema del club me parece que es muy grande, con una masa social increíble. Me voy con sensación agridulce por el último tramo porque tenía unas ganas de jugar tremendas, pero me quedo con lo positivo. Me ha gustado mucho.
–¿Sería todo diferente con el ascenso del equipo?
–No hubiera seguido igualmente. Tenía una cláusula y tenía que jugar el 50% de los partidos, pero ojalá hubiésemos subido.
–¿Qué les diría a los aficionados azules en la despedida?
–Sobre todo, gracias, desde que llegué se portaron muy bien conmigo. Este año apenas jugué y no ha habido malos comentarios. En la calle todo fueron apoyos. Ojalá les vaya muy bien y estoy seguro de que volverán a Primera.
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