Real Oviedo

El año del cambio de rumbo del Oviedo

Los cambios llegaron desde la cúpula, incluido presidente y consejo de administración, a todas las áreas del club, pero sobre todo afectan a la gestión del día a día de la entidad. El anuncio del 12 de julio del pasado año pilló por sorpresa al oviedismo, ya que fue una operación rápida fraguada con la máxima discreción. Arturo Elías, por parte del Grupo Carso, y Jesús Martínez, por el Grupo Pachuca, llevaron a cabo la operación de venta de las acciones. Un día después, ambos empresarios ofrecieron una rueda de prensa en la que explicaron los aspectos más destacados del acuerdo que ponía fin a una década de Carso al frente del Real Oviedo.

Arturo Elías lo justificó por la necesidad de dar un paso más en la profesionalización del club ovetense. Mientras que, por su parte, Jesús Martínez afirmó que no era la primera vez que ponía su mirada en el equipo de la capital del Principado, pero que hasta ese momento no se había podido producir el acuerdo.

En su primera intervención como máximo responsable, Martínez ya anunció que «no habrá muchos cambios en la estructura, pero sí en el modelo de trabajo». Los 365 días que han pasado desde entonces han servido para comprobar que el cambio ha sido bastante más profundo del esperado inicialmente. El modelo que se quería implantar no solo afectaba a lo deportivo o lo económico, ya que la política del nuevo máximo accionista otorga una importancia capital al aspecto social de sus equipos. El nuevo modelo de gestión tuvo como principal característica la agilidad en la toma de decisiones y la conexión directa con el grupo.

A la vez que se anunciaba la entrada del nuevo grupo se informaba que al frente del club se iba a poner como presidente a Martín Peláez, una persona de la máxima confianza de Jesús Martínez. En hasta entonces presidente, Jorge Menéndez Vallina, estaba destinado a seguir como consejero, pero en la junta de accionistas del mes de diciembre se quedó fuera del órgano de gobierno.

Una de las primeras decisiones de Pachuca fue convocar una ampliación de capital de 3,7 millones de euros para equilibrar el balance de la entidad y poder contar con un mayor límite salarial para afrontar la composición de la plantilla de la siguiente temporada.

Un par de semanas después del anuncio de compra, una comitiva del Grupo Pachuca desembarcaba en España para ponerse manos a la obra. Lo primero fueron reuniones en Madrid con los presidentes de la Liga y la Federación Española de Fútbol.

Salieron del club Federico González, representante del Grupo Carso, y el gerente David Mata. Llegaron, además del propio Martín Peláez, Agustín Lleida para convertirse en director general.

Además, del aterrizaje de responsables para diferentes áreas del club, en su primera junta de accionistas, el Grupo Pachuca formó un consejo de administración en el que entraron cuatro personas con cargos en el grupo: Martín Peláez, junto a José Ramón Fernández, Pedro Cedillo y Gerardo Cabrera. Se mantuvieron Manuel Paredes y Fernando Corral.

La remodelación incluyó nuevos responsables de varios departamentos, como el de publicidad, en el que se incorporó Estela Díaz Caicoya. Tampoco fueron ajenos otros departamentos, como los servicios médicos, de donde salió el doctor Manuel Rodríguez después de 36 años en el club.