Real Oviedo | Agonía con premio final

El partido deja la misma imagen de los últimos encuentros: no es un desastre, maneja mejor la presión al rival y ayer no cometió errores groseros. Sin embargo, le falta último pase y más acierto a la hora de generar ocasiones.

Lunin y Luismi no les afectó el estreno en el Tartiere. En especial el centrocampista que tras un par de temporadas casi en blanco ha jugado dos partidos en tres días y a buen nivel. Lunin apenas tuvo trabajo, pero lo resolvió bien.

Rozada solo se guardó de inicio a Saúl Berjón, que no estaba en el equipo desde el 1 de noviembre ante el Almería. El resto fueron los esperados con el regreso de Christian Fernández, Sangalli y Tejera al once tras su ausencia por sanción. También repitieron en el once los dos fichajes del mercado de invierno, Lunin y Luismi, tras su estreno exprés el pasado jueves en Almería.

Es decir, el once azul podría considerarse, con la inclusión de Saúl Berjón, el equipo tipo, a la espera de la llegada de algún refuerzo más antes de que se cierre el mercado, empezando por un delantero, muy probablemente Rodri Ríos.

El Huesca comenzó imponiendo su ley en los primeros minutos en los que ejerció acoso y derribo sobre la portería de Lunin. Un par de córners y faltas fue el primer trabajo para el ucraniano. Sin embargo, en la primera ocasión que los planes salieron bien a los azules, un buen robo en la salida del área, sirvió para que Borja Sánchez sirviera a Ortuño que obligó al portero a realizar una brillante parada. Esa acción fue espabilina para los locales y una dosis de prudencia para los visitantes. Nieto y Sangalli, por la derecha, y Bárcenas y Crhistian por la izquierda empezaban a llegar, pero faltaba el centro final.

La posesión correspondía tímidamente a los visitantes, pero no estaban incómodos los locales, con espacios para correr, Luismi, que empezó dejando todo el trabajo de creación a Tejera, se ocupaba de la labor más oscura, pronto tomó alguna responsabilidad con balón y encontraba con cierta facilidad a Nieto para que percutiera por la derecha.

Tenía más trabajo Lunin que Álvaro Fernández, pero era relativamente fácil porque se trataba de balones al área donde imponía su más de metro noventa.

El ritmo del partido se fue enfriando como la noche y los dos equipos parecía que ya querían pasar por el vestuario para entrar en calor. Los visitantes llegaban más fácil al borde del área azul, incluso parecía que renían más ideas que no acababan de cuajar.

Algo parecido les pasaba a los de Rozada que, sin Saúl Berjón en el campo, son previsibles y dependen de una arrancada de Nieto o Sangalli o bien un balón al área, donde Ortuño es pieza fácil para los centrales y el portero. La aportación de Borja Sánchez distó mucho de la que veía teniendo cuando irrumpió en el equipo. La falta de socios le pasa factura al ovetense a la hora de tratar de llegar al área contraria.

Al final se llegó al descanso sin que se moviera el marcador. Una ocasión para cada equipo y quedaba para la segunda mitad saber a cual de los dos equipos le venía mejor. Rozada ya había insinuado que no iba a querer tener el balón y, al final casi lo tuvo tanto como los de Míchel Sánchez.

El paso por el vestuario le vino francamente mejor a los ovetenses que a los visitantes. El equipo dio un paso al frente y comenzó a robar cada vez más cerca del área rival y dispuso de un par de ocasiones, primero en un remate al que no llegó Sangalli por poco y luego un cabezazo desviado de Ortuño.

Sin embargo, el fútbol volvió a castigar a los ovetenses, y en la primera ocasión visitante, llegó el gol. Fue un saque de esquina, que Rafa Mir remató y Lunin despejó, pero Eugeni llegó para remachar al fondo de la red. El árbitro anuló inicialmente la acción, pero tras la revisión del VAR, concedió el tanto con el que se adelantaban los visitantes.

Lo primero que hizo Rozada fue meter en el campo a Saúl Berjón a falta de media hora para el final. Ocupó la plaza de Bárcenas en el costado izquierdo. Poco después Ibra entró por Sangalli, Borja Sánchez pasó a la derecha y el senegalés pasó a jugar como segunda punta.

El equipo carbayón comenzó a asediar el área rival, con balones directos y también buscando a Saúl Berjón. El encuentro estaba tanto para el empate como para el segundo del Huesca si era capaz de aprovechar una contra. Una buena acción de Ortuño con Saúl acabó en un centro al que no llegó por poco Tejera.

El último movimiento de Rozada fue dar entrada a Omar Ramos, en sustitución de Tejera y ir a la desesperada por el encuentro, pero sin demasiado orden, ni acciones de peligro más que algún rechace en el la frontal. No era el camino ante la muy bien pertrechada defensa visitante, que hacía que casi no se jugara. Lunin subió a rematar un saque de esquina a falta de dos minutos, pero no encontró el balón. El árbitro añadió seis minutos y el portero Álvaro Fernández se ganó una tarjeta y que el árbitro añadiera un minuto extra, que a la postre fue letal para equipo oscense.

Tal y como se venían desarrrollando los últimos minutos los de Rozada colgaban balones una y otra vez al área y subían todas las torres del equipo.

Así fue como Carlos Hernández que se encontraba en la frontal vio como le caía un balón a los pies y aprovechó el desmarque de Ibra para ponerle un balón al pie, el senegalés avanzó y con la izquierda dio un respiro a la grada y al equipo. No era el punto lo que se buscaba, pero la forma de lograrlo deja una media sonrisa a los jugadores y aficionados que volvieron a tener una tarde de sufrimiento y por lo menos se mantienen en la frontera del descenso.