Josín se lleva el mayor susto de su vida

El futbolista del Real Avilés, José Díez Remuñán, Josín, se llevó ayer el mayor susto de sus 24 años de vida. Y es que su último chapuzón para cerrar el entrenamiento en la piscina del centro deportivo Paidesport de Parque Astur, pudo ser el último pero para siempre. Un despiste, una entrada en el agua sin medida, provocó que su cabeza impactara sobre el fondo de un vaso de 1.20 metros de altura, con la consecuencia de una enorme brecha de la que manó abundante sangre. Una vez trasladado en ambulancia a Urgencias del Hospital San Agustín, Josín requirió treinta puntos de sutura y diez grapas para que los sanitarios pudieran cerrarle la herida. Un posterior análisis descartó daños cerebrales y en el sistema neurológico.

«Pudo ser peor, por suerte todo se ha quedado en una herida, aunque sea muy grande», decía el jugador avilesino a primera hora de la tarde, en su domicilio donde deberá guardar dos días de reposo absoluto, con un tiempo estimado de abstinencia deportiva de al menos doce días, que pueden ser más porque la herida es profunda y en un deporte de contacto el riesgo de que la brecha se abra es elevado.

Dos o tres en el peor de los casos serán los partidos que se perderá Josín, algo que le duele casi más que el golpe: «Me fastidia tener que parar ahora que estaba participando un poco más en los partidos, pero es lo que hay», lamenta el centrocampista, que espera encontrarse en mínimas condiciones para ver el partido de Miramar, aunque no es segura su presencia en el mismo.

Del accidente recuerda que «ya habíamos terminado, fue el último chapuzón y no sé qué pasó para caerme de cabeza sin poner las manos. Fue un despiste». Nada más impactar salió de la piscina para, una vez fuera darse cuenta de la importancia del golpe: «Me toqué con la mano la parte superior de la cabeza y me eché al suelo».

Con muchos nervios y gritos entre sus compañeros y otros usuarios de la piscina porque Josín sangraba mucho, el hijo del máximo accionista, José Manuel Tejero, que cursó primeros auxilios y estaba presente en el entrenamiento, fue quien atendió a Josín utilizando vendas para cortar la pérdida de sangre hasta la llegada de la ambulancia. En ningún momento el jugador perdió la consecuencia ni llegó a marearse pese al tremendo impacto sufrido y la pérdida de sangre.

La piscina de Paidesport suele ser utilizada por el Real Avilés como final de los entrenamientos de viernes, en los que antes los futbolistas hacen trabajo de fuerza en el gimnasio. La actividad acuática siempre se ha desarrollado sin incidencias, hasta que ayer la fatalidad hizo que Josín sufriese un accidente que le pudo costar muy caro. El avilesino, que lo puede contar sin daños de gravedad, se lo pensará a partir de ahora cuando tenga que lanzarse a una piscina o al mar: «Creo que lo mejor será bajar por la escalera y meterme en el agua poco a poco».