«Mi idea no pasa por seguir en el banquillo del Avilés la próxima temporada»

José Manuel Barla tiene el título nacional de entrenador desde 2005, aunque hasta la fecha no había ejercido más allá de las categorías inferiores. En el Avilés ha tenido que desempolvar su carnet para tramitar su primera ficha como técnico de un equipo de Segunda B. Para muchos sería una oportunidad de engancharse a la rueda, pero el gaditano va por otros derroteros: «Mi intención no es continuar en el banquillo. Lo de entrenar es algo que no pasaba por mi cabeza cuando me incorporé a este proyecto, y tampoco ahora me planteo. Lo que espero es salvar esta situación y, si Clarkson cuenta conmigo volver a la dirección deportiva del Avilés».

El exfutbolista gaditano se retrotrae a lo que ya anticipó hace un par de semanas: «El primer día dije que no vine a entrenar, que mi puesto es el de director deportivo, pero me lo pidió John Clarkson y como hombre de club no podía negarme, todos tenemos que ayudar cuando las cosas no salen. Lo que intento es hacer las cosas lo mejor posible desde el banquillo y cuanto antes conseguir la permanencia para tranquilizarnos y pensar en el futuro con un proyecto en el que podamos empezar con tiempo y las ideas claras de los gestores».

De momento, Barla no enfoca ese futuro en los banquillos, pero tampoco por falta de vocación o valentía: «No es que no me vea como entrenador, claro que puedo serlo, saqué el título nacional para poder ejercer algún día. Pudiendo elegir y con la idea que yo vine aquí volvería a la dirección deportiva, si no es en el Real Avilés porque no cuenten con mis servicios, en otro club que quiera incorporarme a su proyecto. Si por obligación o porque la vida te va marcando el camino tengo que ser entrenador, no me asustaría, aunque mi intención no es estar la próxima temporada a pie de banquillo».

Su estreno en los banquillos, con el equipo en una dinámica perdedora, endurece por el sufrimiento que provoca la necesidad de ganar. Quizás eso sea lo que retrae a Barla: «No es por eso, todo el mundo lo pasa mal cuando te juegas la permanencia, el entrenador, los jugadores, la afición, y la penitencia se lleva por dentro. Nadie pensaba hace unos meses que el equipo estaría en esta situación porque hay plantilla para no pasar ningún problema, pero esto es fútbol y claro que sufro en el banquillo, pero cuando empieza el partido descargo porque hay que estar pendiente del juego y de hacer correcciones».