El peor equipo de la segunda vuelta

Los números del Real Avilés desde que se inició la segunda vuelta son de descenso. De colista. Tres empates en ocho partidos, tres de 24 puntos posibles, es lo que ha podido sumar el equipo de Josu Uribe en este tramo del campeonato, en el que es el único que no ha ganado ninguno de esos partidos, además del menos eficiente de cara a la portería rival, con tan sólo tres goles marcados.

Es por números, y lo que es peor, últimamente también por sensaciones, el peor equipo del grupo y en dos meses ha dilapidado todas sus aspiraciones, todos los sueños, bajando del sexto al decimosegundo puesto. En este 2015 el Avilés se ha ido alejando de las posiciones de play-off, de las que estuvo separado por tan sólo dos puntos en la jornada 18, acercándose a pasos agigantados a los de descenso, con la promoción de permanencia asomando las orejas, a cuatro puntos, y el descenso directo a siete...

Con ser malos los números, la dinámica del Real Avilés no invita al optimismo y el sueño del mercado de invierno con la llegada de fichajes anhelados por casi todos se ha convertido en una pesadilla en un 2015 en el que se entró con el pie izquierdo. Y es que a los datos de esta segunda vuelta se añade una derrota más, la primera de la serie, encajada ante el Compostela en el Suárez Puerta. La que provocó la ira, el me voy y luego me quedo, de Josu Uribe, cada vez más cuestionado dentro y fuera del club.

La temporada para el Avilés comenzó mal y amenaza con terminar en ruina a no ser que el equipo reaccione para evitar el desastre. 45 son los puntos que se necesitan para la permanencia y 34 los que tiene en la actualidad. Eso equivale a cuatro victorias en las once jornadas que restan... o a nueve empates. El colchón de puntos cosechados en la primera vuelta se desinfla porque los conjuntos que se rezagaron antes están ahora en plena escalada.

El Somozas, uno de los que ganó en el Suárez Puerta este año, tenía 18 puntos, trece menos que el Avilés, al término de la primera vuelta y en la actualidad está por encima, con los mismos 34 puntos pero el coeficiente particular a favor. El equipo ferrolano es el tercero mejor de los ocho partidos de la segunda parte del campeonato, con los mismos puntos que el Oviedo y sólo dos menos que el Murcia, que ha sido el mejor del grupo.

Pero no es el único que ha reaccionado en este tramo de la Liga. El Lealtad y el Tropezón han pasado de estar a 17 puntos del Avilés a situarse ocho y el Sporting B, que marca el puesto de descenso directo, le ha recortado siete al equipo de Uribe. Hasta el Marino, último clasificado, ha sumado más puntos y marcado más goles que los blanquiazules.

Y es que todos los equipos, algunos también con números muy negativos como Zamora y Celta B, lo han hecho mejor que el Avilés en lo que va de segunda vuelta, en la que todo ha salido al revés, comenzando por el masivo cambio de jugadores en el mercado invernal. Los que se fueron rinden en equipos vecinos y los que se han incorporado no están todavía en forma, porque llegaron sin minutos en sus anteriores equipos. Lo mismo que sucedió en el comienzo de temporada, pero ahora con muy poco margen de error porque se acerca el momento crítico del campeonato.

Las dinámicas

La racha del actual equipo se asemeja en todo, resultados y dinámicas, a dos precedentes, uno lejano que acabó en drama deportivo, y otro más cercano en el tiempo que estuvo a punto de hacer lo propio. En la situación actual muchos aficionados trasladan su recuerdo a la temporada 1999-2000, cuando el Avilés fue incapaz de sumar el punto que le hacía falta para salvarse y cayó en las redes de la promoción, para bajar en ella después de una segunda vuelta horrorosa. Tampoco se olvida la campaña 2012-13, en la que el equipo pasó de ser líder en el tramo final de la primera vuelta a caer en picado en la segunda.

El actual Avilés lleva un camino parecido, aunque no se pierde la esperanza de evitar vivir esa zozobra. Quedan once partidos para el final y el equipo de Uribe tiene que ganar cuatro para salvar la categoría y la temporada.