«Cuando me vea inútil, me apartaré. Soy el entrenador más fácil de despedir»

El de ayer volvió a ser un partido complicado en el banquillo del Real Avilés. Jorge González Astu reconocía en sala de prensa haber sufrido viendo como se le escapaba la victoria a diez minutos del final. «Después de ir ganando 1-0, poder hacer el segundo y después de lo bien que llevamos trabajando, te pitan un penalti en el minuto 85 y te quedas muerto, no tienes mucha respuesta», explicó el técnico local, que entiende que «la única solución era sacar corazón y coraje para tratar de empatar».

No obstante, Astu no escondió sentirse frustrado porque entiende que el empate no fue un resultado merecido. «No va en nuestro ADN conformarnos con esto. No nos tiene que servir, tenemos que ser mas inconformistas y mejorar muchas cosas», aseguró. El resultado de ayer es para el técnico «un empate para un equipo que lleva una dinámica mala y que está recibiendo golpes complicados y hoy, pese a hacer mejor fútbol en la primera parte, ves que vas a perder de nuevo y eso es difícil de gestionar».

El técnico local trató de analizar el encuentro, pero reconoció que «es difícil valorarlo en caliente porque tuvo muchas fases. En una fuimos bastante superiores y en otra, siendo inferiores, no creo que lo fuésemos tanto como para encajar esos dos goles de una forma tan cruel. El equipo se vació mucho con las presiones en la primera parte, robamos mucho, sufrimos..., pero esto del fútbol es así».

Astu no quiso marcharse del estadio sin mandarle un mensaje a los aficionados que desde la grada pitaron e insultaron al propio técnico o a jugadores como Natalio, al que pidieron que sustituyese. «Las opiniones son respetables, pero los insultos no y eso no va en el sueldo. Al igual que con el racismo montamos mucho ruido, damos normalidad a llamar hijo de puta a los jugadores, se normaliza y no es justo», criticó el entrenador.

Eso sí, Astu reconoció que ahora toca pensar en el próximo partido, «cuando nos atacan solemos sacar más fuerza y lo que voy a decirle a los jugadores es eso, que hay que sacar esa rabia y ese coraje como hemos hecho en la última jugada».

También hizo gala el técnico de su sinceridad cuando se le preguntó por su continuidad ahora que el equipo suma siete partidos sin ganar en el Suárez Puerta, cuatro derrotas y tres empates con el de ayer. «Siempre he dicho que mi puesto esta siempre a disposición, soy persona de club y estoy entrenando porque me han hecho ver que confían en mí, tanto la directiva como los jugadores, y en el momento que no sea así no tendré ningún problema».

Eso sí, Astu tiene muy claro que «los resultados no se asimilan a lo que hacemos en cuanto a merecimientos y a juego, pero cuando me vea inútil me apartaré, soy el entrenador más fácil de despedir».