El árbitro suspende el Avilés-Ceares en el descanso por no ver las líneas del campo

Pese a que los dos equipos expresaron su deseo de continuar el encuentro, que ya estuvo en peligro para dar comienzo, Esmorís se mantuvo en sus trece. La máquina con la que el encargado del campo, Emilio Menéndez, repasó varias veces las marcas, no conseguía que la pintura de fijara, por lo que en esa tesitura el árbitro paró un partido que debe completarse antes del fin de semana, en el que se inicia la segunda vuelta. Si los dos clubes no se ponen de acuerdo, será el Juez Único el que tome la decisión, con la premura de hacerlo este mismo lunes.

El miércoles festivo, día de reyes y en el que están fechados otros encuentros aplazados, puede ser el elegido para disputar esos 45 minutos que faltan del Avilés-Ceares, cuyos entrenadores mostraban su extrañeza por la decisión arbitral. «Es algo inédito, en Grado también pasó lo mismo, pero se jugó», señaló Matías Vigil, que compareció por el sancionado Abraham Albarrán.

El partido, condicionado por el estado del terreno de juego y sin que la lluvia diese tregua, quedó marcado al primer minuto de juego con un polémico penalti señalado a Pato Álvarez en una disputa con Carlos Madeira en el costado derecho del área. Esmorís no dudó en señalarlo y tampoco Manu Medori en la transformación a media altura.

A partir de ese momento el Avilés tuvo que remar contra corriente, el criterio arbitral y buscar el gol en un campo impracticable y sin que la lluvia dise tregua. Pese a los intentos locales por crear peligro, Kike estuvo muy bien protegido por sus compañeros ante un equipo local que tuvo una buena opción de empatar en un remate de Pereira y otro más lejano de Pato Álvarez, ambos atajados por el meta cearista. Davo tuvo que intervenir en el tramo final del primer tiempo en un duro disparo de Medori tras una contra del conjunto de Pablo Busto.

El descanso, en el que se anunciaban tres cambios en el equipo del sancionado Abraham Albarrán, entre ellos Cedric Mabwati, se prolongó en exceso hasta que por la grada saltó la alarma de la suspensión. Tras unos minutos de confusión, finalmente se confirmó chafando a los trescientos aficionados que ayer regresaban al Suárez Puerta, 307 días después de la última ocasión, en marzo de 2020, en la que curiosamente el Ceares fue el equipo visitante. Lo será de nuevo en la reanudación del partido, posiblemente el miércoles.