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B. M. G.
Lunes, 27 de noviembre 2006, 02:46
Un pijama a rayas azules, una gabardina y en el maletín un poco de leche condensada por si un niño se hacía el enfermo. Ésa era la 'bata blanca' de don Paco, la carta de presentación de un médico que trabajó sin descanso durante 45 años de su vida en su tierra natal para velar por la salud de pobres y ricos.
Multitud de personas recordaban de esta forma ayer al fallecido doctor Francisco Sánchez Noriega desde el Archivo de Indianos de Colombres, donde acudieron cerca de una veintena de familiares para recoger el II Premio Ribadedeva. El Ayuntamiento y el foro de asociaciones, este último integrado por distintos colectivos sociales, culturales y deportivos del concejo, decidió otorgar a título póstumo este galardón «por su labor incansable y desinteresada a lo largo de sus 45 años como médico libre de los pueblos de Ribadedeva».
Y es que, tal y como lo rememoraban durante el acto su sobrina, María Teresa Sánchez; la secretaria del jurado, Lydia Martínez; y el alcalde de Ribadedeva, Alejandro Reimóndez; don Paco era una «oenegé viviente» y una «gran persona» que no cobraba a aquellas familias que se encontraban en una difícil situación económica. «Nos sentimos muy orgullosos de recoger este premio y estamos muy sorprendidos de que le sigamos recordando 40 años después de su fallecimiento», señaló María Teresa Sánchez.
Nacido en Colombres el 22 de diciembre de 1899, Francisco Sánchez Noriega entró con sólo 9 años en el internado del Colegio de Cóbreles y con 11 años ingresa en el Colegio de la Encarnación de Llanes. Después, estudia en las universidades de Valladolid y Madrid, donde con 21 años obtiene el doctorado de Medicina.
Su vuelta
A esa edad, regresa a Colombres y en 1920 se instala como médico libre en Ribadedeva hasta su muerte el 28 de marzo de 1966. Sin embargo, tal y como ayer lo recordaban, Francisco Sánchez Noriega era, ante todo, una persona que «no dudaba en salir de casa en plena noche» ante un parto complicado o cuando cualquier vecino se ponía enfermo.
«Su frase más habitual era 'la carrera de medicina nunca se acaba' y cuando le hablaban de un descanso o unas vacaciones, con la serenidad que tanto le caracterizaba decía muy indignado '¿No veis que no puedo!'», señaló la secretaria del jurado.
Fruto de ese esfuerzo, el concejo no sólo le concede ahora el galardón que lleva el nombre del municipio, sino que ya cuenta con un busto y una calle en Colombres en su nombre. Además, Reimóndez también anunció ayer que Sánchez Noriega «tendrá su sitio en el museo sobre la historia y la arquitectura indiana de Colombres».
El Premio Ribadedeva nació el año pasado para reconocer a aquella persona o colectivo que haya destacado por la defensa de los valores sociales, culturales o medioambientales del municipio. Tras recaer en 2005 en las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, el galardón distingue ahora a una persona para la que «su vida fue siempre el bienestar de Ribadedeva», según indicó su sobrina.
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