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elcomercio.es
Viernes, 24 de octubre 2014, 19:55
"Quedan convocados por primera vez los Premios Príncipe de Asturias. Perdón... Princesa de Asturias". El Rey Felipe VI corrigió su lapsus al final de su discurso para abrir una nueva etapa en la fundación y los galardones que llevan el nombre del heredero de la Corona. Doña Letizia, con una sonrisa, dio un cariñoso beso al monarca, un tanto azorado tras el error. Con una anécdota que quedará para la Historia, la sucesión en la Monarquía española se ha trasladado a la institución más internacional del Principado. El discurso de Don Felipe en los Premios Príncipe era el más esperado de su agenda durante sus años como heredero. En esta ocasión, presidía por primera vez la entrega de los galardones como Rey. Ya iniciado el cambio en la fundación que otorga los galardones para convertirla en Princesa de Asturias, Felipe VI echó la vista atrás para recordar el origen de unos premios que surgieron "para vincular al heredero de la Corona con el Principado y comprometerlo con la cultura y el humanismo". "Nacieron para agradecer y rendir homenaje a quienes se sacrifican por hacer un mundo mejor", proclamó. Don Felipe recordó su primer discurso en Oviedo. "Se comprenderá con cuánta emoción he regresado ahora como Rey para presidir esta ceremonia", reconoció.
El Rey ha aprovechado su discurso en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias para reconocer "las historias ejemplares de entrega, generosidad y profesionalidad" de los médicos, sanitarios, científicos, religiosos, cooperantes y militares que luchan contra el ébola, en especial los españoles. "Gracias a todos ellos por hacernos confiar en su competencia y capacidad, son -sois- todo un orgullo para España", ha manifestado don Felipe en la ceremonia de los premios que se celebra en el Teatro Campoamor de Oviedo, unas palabras refrendadas por un aplauso de los 1.600 invitados. El Monarca se ha referido al ébola al resaltar los valores de la periodista congoleña Caddy Adzuba, Premio de la Concordia por su labor en favor de la libertad de prensa y los derechos humanos. "En su mirada, llena de fortaleza y esperanza, no podemos olvidar el dolor y la angustia que está generando, sobre todo en África, la reciente epidemia del ébola", ha explicado. Esta "crisis severa", ha añadido, "nos obliga a la comunidad internacional a concertar y comprometer más esfuerzos" y también a ser "más eficaces", ha insistido, en la lucha contra el virus y el tratamiento a los afectados.
Estas palabras fueron recibidas por un intenso aplauso de los invitados en el Campoamor, puestos en pie, e incluso con 'Vivas al Rey' y a la Reina. El Rey dedicó la primera parte de su intervención a expresar su agradecimiento a quienes impulsaron la institución que el próximo año entregará los galardones con el nombre de su hija. También recordó el papel de Doña Sofía, presente como en todas las anteriores ediciones de los premios en el palco del Teatro Campoamor. "Su apoyo no nos ha faltado nunca en estos años", ensalzó el monarca. Esta referencia fue recibida con un intenso aplauso.
Y mirando al futuro, el Rey proyectó su compromiso con el Principado en sus hijas. "Se comprenderá con cuánto cuidado y dedicación la Reina y yo educamos a nuestras hijas, la Princesa de Asturias, y la infanta Sofía, para que también crezca en ellas un compromiso por esta noble causa y por todo lo que representa", aseguró. El Rey agradeció a todos los premiados los valores que cada uno de ellos representa. En esta parte su intervención, en la que habitualmente Don Felipe glosa y elogia a los premiados, destacó también una reivindicación. Llegado el momento de destacar la figura de los galardonados con el premio Príncipe de Investigación, aprovechó para reivindicar la necesidad de que "España recupere el máximo apoyo posible a la investigación porque ello es condición indispensable para avanzar y competir mejor".
Su discurso
Aunque el contenido político lo reservó Felipe VI para el final de su alocución en el Teatro Campoamor. Volviendo a rememorar el su primera ceremonia, el 24 de septiembre de 1980, y sobre todo el contexto histórico en el que se produjo " en una época bien difícil", el Rey reconoció que también los "tiempos actuales son cruciales, intensos y de renovación". Ante ellos, defendió que "la sociedad necesita referencias morales a las que admirar y respetar, principios éticos que reconocer y observar". Considera Don Felipe que "a partir de esas convicciones alejaremos el pesimismo, la desconfianza y el desencanto de muchos ciudadanos que muestran, admirablemente, una capacidad de esfuerzo y sacrificio dignos de todo respeto".
En una jornada en la que los Reyes y los invitados que recorrieron la alfombra azul escucharon de fondo los pitos y abucheos de las marchas de indignados, Don Felipe abordó también la situación económica. Y reclamó valorar "lo que estamos haciendo, con un enorme sacrificio y esfuerzo por parte de muchos españoles, para superar todos juntos una de las crisis económicas más profundas de nuestra historia reciente".
A pocos días de la fecha fijada para el referéndum de Cataluña, el monarca reivindicó una España "alejada de la división y la discordia". Desde Asturias, el Rey volvió a insistir en los mismos principios que defendió en su proclamación el 19 de junio. "Nuestra democracia no es fruto de la improvisación, sino de la voluntad decidida del pueblo español de constituir España en un Estado social y democrático de derecho, inspirado en los los principios de libertad e igualdad, de justicia y de pluralismo, y en el que todos, ciudadanos e instituciones, estamos sometidos, por igual, al mandato de la ley".
Desde Oviedo, Felipe VI, más aplaudido que nunca en los últimos años por los asistentes a la ceremonia, pidió a los españoles "respetar y observar ese marco constitucional democrático" como la mejor garantía para "no volver a repetir los errores del pasado". "Los españoles ya no somos rivales unos de otros", ha proclamado el monarca, para quien el futuro y el progreso han de sustentarse "en la consideración, el afecto y respeto mutuo, sentimientos arraigados en el corazón de los españoles y compartidos de norte a sur y de este a oeste de nuestro territorio". Una llamada a la unidad y a la integración que según el Rey no excluye que "a cada uno con su propia personalidad". Muchos esperan ya la ceremonia del próximo año, cuando la Princesa de Asturias podría ser la protagonista. Este año, la ya Fundación Princesa de Asturias hizo público el manuscrito leído por Don Felipe en el que fue su primer discurso como heredero. Una simbólica muestra del fin de una etapa, que ha durado 34 años, y el inicio de otra que se escribirá en femenino.
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