En la trastienda de los Princesa

Ayer a mediodía, en el entorno del coliseo ovetense, había decenas de trabajadores. Dos hombres paraban el tráfico para garantizar el suministro eléctrico mientras que cinco personas colocaban doce bolardos en el lateral derecho del teatro. «La seguridad es crucial esta semana». Entre tanto, una mujer adornaba la entrada del teatro con flores blancas y un hombre pasaba con una escalera. «Estos días no paramos. Todo tiene que estar perfecto».

Ya en el escenario, son diez los técnicos que, en círculo, miran a un lado y a otro para cambiar algún foco mal ubicado, mientras que otros entran y salen con diferentes materiales. Desde una alfombra hasta taladros para arreglar parte del parqué.

Oviedo está en tensión. Se nota en sus calles, en su gente y también en el refuerzo policial. Y es que no falta nada para que, una vez más, la capital del Principado se convierta en la capital mundial de la cultura. Una semana especial, sin duda, que los ovetenses disfrutan al máximo.

«Me encanta que los Premios se celebren en Oviedo porque le da a la ciudad una categoría increíble», apuntaba Concepción Naves, al pasar por el Hotel de la Reconquista. «Es una semana muy importante para Oviedo y para la región. Estoy muy emocionado», comentaba Manuel López.

También allí el ambiente es especial y son muchos los que se dan cita en el emblemático edificio. Al fondo de uno de los pasillos, los trabajadores de la lavandería lo organizan todo. Meten las sábanas y toallas en el contenedor y lo bajan al entresuelo. Tienen que tenerlo todo despejado porque los bomberos van a acceder al hotel para realizar la inspección rutinaria de los Premios.

A ella acude la jefa de Bomberos de Oviedo, Carmen del Prado, que se encuentra en el hall. «Realizamos esta inspección en la Semana de los Premios. Nos aseguramos de que las instalaciones estén bien, de que las vías de evacuación estén señalizadas y también miramos el estado de los hidrantes exteriores. Un protocolo que realizamos en los lugares donde van a estar Sus Majestades: el Reconquista, el Campoamor, el Auditorio y Trascorrales».

En el hotel, también se cuida hasta el último detalle porque, allí, en el primer piso, ala oeste, se encuentra la habitación de Sus Majestades. Una gran suite que los trabajadores cuidan con mimo, para que los Reyes se encuentren como en casa. María González es camarera de piso en el Reconquista. «Es una gozada trabajar esta semana. Vemos otro ambiente y tratamos de esforzarnos, que todo esté perfecto», apunta con una sonrisa, mientras que los tres salones donde se desarrollarán cócteles, recepciones y audiencias ya se han empezado a montar. «Se van a dar cita muchas personas y lleva trabajo».

Es lo que no se ve, la cara B de los galardones, porque de la otra, la que contemplará el mundo dentro de unas horas, se encargan los cientos de periodistas acreditados que también pululan aquí y allá.