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AIDA COLLADO
Domingo, 24 de octubre 2021, 01:13
Sin tacones ni vestidos. Sin la pompa ni la seriedad propia de una ceremonia de entrega como la del viernes, símbolo de la vuelta a la normalidad tras casi dos años de pandemia, la Princesa Leonor dio ayer el que fue su tercer discurso en ... un Pueblo Ejemplar. En playeros, tras caleyar por Santa María del Puerto, llenarse los pulmones con su aire puro y hablar y reír con sus habitantes, nerviosos pero -siempre- cercanos, la heredera se dirigió tranquila a los vecinos para, en primer lugar, felicitarles. «Este premio que recibís hoy es la mejor prueba de vuestro esfuerzo y de la dedicación con la que trabajáis y cuidáis vuestro pueblo. ¡Por eso sois ejemplares!», elogió.
Nunca faltan, y esta vez no podía ser la excepción, los mensajes a los jóvenes en las palabras de la Princesa, para muchos embajadora de las generaciones del futuro. Un futuro cada vez más presente. «Hemos disfrutado mucho con todos vosotros de lo que nos acabáis de mostrar y de la belleza de un lugar que tiene nuevas energías con las familias más jóvenes que os habéis quedado aquí para salir adelante con la ganadería», reconoció.
No se olvidó de los pequeños que poco antes habían demostrado ser los vecinos más entregados y expectantes ante su visita. «Gracias por los dibujos tan bonitos que los niños nos habéis regalado a mi hermana y a mí, sabemos que los habéis hecho con mucha ilusión. Y gracias por vuestros regalos, los guardaremos con cariño porque reflejan cómo estáis logrando entre todos conservar el paisaje protegido y privilegiado que os rodea para poder seguir viviendo en un pueblo de montaña», dijo poniendo de relieve la gran labor de los vecinos como auténticos guardianes del Paraíso natural. Un trabajo que, como ayer aprendió, va más allá de cuidar del entorno: «Sabéis unir las antiguas tradiciones vaqueiras con las exigencias de la vida actual, como hemos comprobado hace un momento cuando nos explicabais en qué consiste la trashumancia; o en la iglesia, que con tanto cuidado habéis restaurado».
Leonor volvió a mostrarse inseparable de su hermana pequeña, la infanta Sofía, uno de sus mayores pilares y el bastón en el que se apoya durante sus actos públicos desde 2019, cuando se dirigió por primera vez a los españoles en su discurso de los Premios Princesa. Ayer, de nuevo, hubo miradas cómplices y gestos de cariño, que le dieron el calor que pese al sol faltaba en Santa María del Puerto, alto y fresco. Por eso a nadie extrañó que su discurso incluyese algún guiño a la benjamina de la Familia Real, que sirvió también de agradecimiento a un buen gesto de los somedanos: «Desde el mirador que está en la Calechina, y que desde hoy se llama Mirador de la Infanta Sofía -Leonor tuvo que hacer aquí una pausa porque los somedanos rompieron en aplausos y vítores-, hemos visto cómo protegéis vuestro entorno y cómo miráis al futuro con esperanza y deseos de fortalecer vuestra forma de vida».
Un esfuerzo que, aseguró Leonor, merece una contundente respuesta. «Sois el ejemplo de que merece la pena seguir trabajando para que se revitalicen los pueblos y se cuide su potencial. Es muy necesario para que nuestra sociedad siga mejorando», argumentó en defensa de la vida rural.
Solo quedaba decir adiós, tras una agradable jornada en la maravillosa localidad, tras las amigables charlas con sus vecinos y las atónitas miradas de las vacas, verdaderas protagonistas durante el resto del año en el Pueblo Ejemplar tal y como se había encargado de recordar el alcalde Belarmino Fernández. «Gracias de todo corazón por vuestra acogida y vuestro cariño. Y enhorabuena a todos. Muchas gracias», se despidió la Princesa.
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