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ANA RANERA
CADAVEDO (VALDÉS).
Sábado, 3 de septiembre 2022, 00:48
María Regla Rico (Cadavedo, 1945) tiene la energía de los veinte años y la sabiduría de quien acumula a sus espaldas unas cuantas décadas vividas. Entre sonrisas, esta mujer, presidenta de la Asociación de Amigos del Camino de Valdés, traslada la historia de su pueblín ... de nacimiento y del alma, en el que el Padre Galo (1884-1939) marcó un antes y un después. Para empezar, su impronta quedó reflejada (y festejada) en la fiesta de La Regalina, que se celebra cada último domingo de agosto en el campo de La Garita. «Él recogió en esa romería sus grandes amores: el amor mariano, el amor por el asturiano y el amor por su tierra natal», empieza a contar, tras conocer que su lugar de origen se había erigido Pueblo Ejemplar de Asturias.
Esa folixa de la que habla, además, conserva su esencia, a pesar del paso del tiempo y de las costumbres. «Se sigue haciendo una rifa de alfiladas (un pan dulce típico del concejo) para todos los asistentes y sigue habiendo una ofrenda con letra y música del padre Galo. De esa manera, se recrea una romería de aquella época en la que se iba al campo a comer y a festejar», señala.
Aunque la labor más reseñable del religioso (conocido por su seudónimo, Fernán Coronas), fue que «estudió el asturiano de esta zona y recogió todos los vocablos. Eso fue fundamental para la llingua de la actualidad y, en sus poesías, siempre hablaba de la oficialidad y, sobre todo, de la normalización».
Queda claro que Cadavedo fue y sigue siendo un lugar repleto de cultura, por muchos motivos. «Desde hace más de un siglo tiene grupo de teatro y cuenta con un premio de poesía en lengua asturiana», explica.
Aunque va más allá su valor cultural, porque el Camino de Santiago también es crucial para la historia de esta localidad valdesana que, desde 2004, tiene albergue de peregrinos. «El Camino mueve muchísima gente aquí y el albergue público es un punto que fija etapa porque el peregrino no busca alojamiento si no lo hay», analiza. Basta con recorrer unos pocos minutos algunos de sus caminos, para cruzarse a unos cuantos caminantes con la mochila a la espalda.
Y, entre tanta cultura, no podía faltar la escuela, «una de las primeras que hubo en este concejo», apunta. Y lo mejor de todo es que ha conseguido permanecer abierta, a pesar de que «fueron cerrando las de otros muchos sitios».
Hay bastante, queda claro, para ver y hacer en este pueblo, en el que el hórreo de La Regalina también es fundamental, porque «aunque es algo reciente, es un elemento característico de los últimos años», concede.
Para ella, es de aplaudir que «Cadavedo mantenga la cultura de las construcciones y sigan respetándose las tradiciones asturianas», con sus tejados de pizarra y teja, que también forman parte de la historia de este pueblo de historia viva y vivida.
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