«Este año la gente estuvo encantada de la vida»

Aunque parezca mentira, ya ha pasado un año desde que las parroquias de Arroes, Peón y Candanal se convirtieron en Pueblo Ejemplar de Asturias. Hace exactamente doce meses, la euforia se desató por sus caleyas, que retumbaron con los voladores y que se empaparon de sidra y de champán para celebrar que su historia, sus proyectos y su manera de hacer comunidad habían sido merecedores del galardón que concede la Fundación Princesa de Asturias.

Un reconocimiento, gracias al cual en octubre recibieron la visita de la Familia Real, aunque antes de eso hubo mucho trabajo. Por eso, Ricardo Riera, presidente de la Asociación de Vecinos de Arroes, lanza un consejo para el lugar que mañana se alce como vencedor: «Que se lo tomen con calma», dice riéndose. «Van a tener mucho curro», avisa y explica que todo tiene que estar a punto para cuando los Reyes, la Princesa y la Infanta lleguen al pueblín. «Hay que tomárselo con filosofía porque tendrán que preparar muchas cosas». Eso sí: el trabajo acaba teniendo su recompensa. «Al final las cosas siempre salen bien, pero antes les va a tocar vivir momentos de estrés».

Igualmente, Riera tiene claro que este año que ahora dejan atrás ha sido «muy especial» y notaron un aumento de los visitantes. «Recibimos a más gente que otros años y hubo más movimiento en el pueblo». Todo eso hizo que los vecinos estuvieran «encantados de la vida», tanto que muchos querrían retroceder en el tiempo, para volver a vivir esas jornadas de trabajo y emoción, en las que demostraron los motivos que los hacen ejemplares.