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Vecinos, trabajadores del CTIC y representantes de las asociaciones vecinales celebraron con sidra y voladores el galardón. FOTOS: ARNALDO GARCÍA

La alegría se desborda por triplicado en un pueblo ejemplar «con mucho futuro»

Las parroquias de Arroes, Peón y Candanal ganan la distinción de los Premios Princesa y lo celebran con sidra y voladores porque «esto solo pasa una vez»

Ana Ranera

Arroes, Peón y Candanal

Martes, 5 de septiembre 2023, 00:42

Los teléfonos no paraban de sonar ayer en las parroquias de Arroes, Peón y Candanal. Desde que los vecinos se enteraron de que su valle se había convertido en Pueblo Ejemplar de Asturias, se sucedieron las llamadas y mensajes de amigos y conocidos que celebraban que el galardón hubiera recaído en este rincón de Villaviciosa. El jurado destacó de ellos su fuerte tejido asociacional y, sobre todo, su apuesta de futuro. «Las asociaciones se han unido en un proyecto común, en colaboración con el CTIC, que se llama Ruraltech, para la recuperación de la cultura local y los 'saberes campesinos, donde están presentes tanto niños como mayores», se podía leer en el acta.

Y el alcalde de Villaviciosa, Alejandro Vega, aplaudía estas palabras, porque él sabe muy bien que los colectivos vecinales de la zona «llevan muchos años trabajando» para lograr el objetivo alcanzado ayer. Además. «con el proyecto del CTIC, han sabido actualizarse y poner al día sus objetivos», destacaba. Él hacía hincapié en que, más allá de que estas parroquias sean «muy guapas», lo verdaderamente importante es «lo que ellos hacen porque han sabido adaptarse desde ese pasado indiano hasta lo que hacen hoy en día».

Por todo ello, Eliseo Vallina, el presidente de la Ásociación de Vecinos El Valle de Peón y Candanal, tenía claro que esta distinción era muy merecida: «Estamos asimilándola todavía porque es una cosa que no creíamos que fuera a suceder, pero que la esperábamos», confesaba. «Está claro que la unión hace la fuerza y que luchamos mucho por ello», proseguía convencido de que estas parroquias «tienen mucho futuro porque aquí se están haciendo proyectos muy importantes».

Fran Rojo saluda al alcalde de Villaviciosa, Alejandro Vega.

De ello era consciente también Ricardo Riera, el presidente de los vecinos de Arroes, quien desvelaba estar «muy contento», aunque aseguraba que el ambiente estaba todavía «un poco enloquecido». Necesitan tiempo para imaginarse a la Familia Real, paseando por sus caminos el 21 de octubre. «Querríamos enseñarles el entorno, los planes de futuro y todas las iniciativas que hay aquí», aseguraba, antes de añadir que también es fundamental que vean «cómo es la vida en estos lugares rurales de Villaviciosa».

Muchos pueden pensar que son enclaves amenazados por la despoblación, pero todo lo contrario, de hecho, por allí ayer había niños celebrando como Marcos y Nacho Vallina, de quince y doce años respectivamente. «Yo no daba crédito cuando me dijeron que habíamos ganado el premio», confesaba Nacho. Y su hermano prometía que no se lo habían imaginado. «No contábamos con ello y, cuando nos avisó mi tío, le dije que teníamos que ir a por pólvora, porque esto solo pasa una vez».

Entre voladores, saboreaban el éxito del que una gran parte de culpa la tienen los trabajadores del CTIC, con Pablo Priesca a la cabeza. A él, ayer se le llenaban los ojos de lágrimas porque, en la fundación que dirige, siempre tuvieron claro que «teníamos que tener una alta implicación en el territorio», afirmaba. «Los vecinos llevan más de un año trabajando en la recuperación de la cultura local tanto material como inmaterial y todo eso está disponible en una página web», explicaba, antes de ensalzar «la colaboración entre los habitantes de las tres parroquias». Sin ellos, CTIC Ruraltech no sería posible. «Nosotros tratamos de inyectar un proyecto de futuro y eso no se podría hacer sin los vecinos».

Un premio que alegraba por partida doble a Marcos Niño, alcalde de Santa Eulalia de Oscos -premio Pueblo Ejemplar en 2016 junto a Villanueva- y futuro comisionado para el Reto Demográfico, según anunció el presidente Barbón. «Es un gran premio porque son realmente un ejemplo, por el trabajo que están haciendo en el desarrollo rural ligado a la innovación. Sin innovación, el mundo rural no tiene futuro. Las aldeas son mucho más que costumbrismo», destacaba el todavía regidor, que pronto tendrá que ponerse a trabajar por la salud de los pueblos asturianos.

Está claro que este premio es cosa de todos. Fran Rojo y José Antonio Fernández, del CTIC, tenían claro que este es un reconocimiento «a una hibridación tecnológica entre el centro de investigación y la comunidad local». Con todo ello, consiguieron asentar «un modelo de pueblo del siglo XXI, que puede servir de referente a otros pueblos que se quieran subir al carro de la tecnología como elemento de transformación social». Todos los ojos están puestos en ello.

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