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Los vecinos brindaron con vino y sidra en el patio de la antigua escuela del pueblo, donde compartieron empanadas y dulces. DAMIÁN ARIENZA
Una adaptación de premio

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La agricultura de subsistencia fue vital para las familias moalesas, que ahora tratan de devolver la actividad económica al pueblo La minería hizo crecer a esta localidad que ahora busca en el turismo a su aliado

BELÉN G. HIDALGO

CANGAS DEL NARCEA.

Martes, 4 de septiembre 2018, 02:58

El valle de Moal, con sus praderías verdes regadas por el río Muniellos, fueron en el pasado el principal sustento de este pueblo cangués. «Eran otros tiempos. No había más que miseria. Se trabajaba mucho para comer un poco. Llegabas de la escuela y te pegabas por el pote», alcanzó a recordar Nieves Alonso que, a sus 88 años, afirma no haber puesto un pie fuera de su pueblo. Sus vecinos sobrevivieron con el ganado y lo que cultivaban en sus huertos, pero no fueron ni la ganadería ni la agricultura las actividades predominantes.

La madera, en cambio, fue una fuente de ingresos para las familias de Moal. «Se vendió haya y también se aprovechó el ganzo para hacer carbón vegetal», rememoró César Álvarez, un vecino de 76 años que recuerda aquellos años en los que aún se podía cazar en el monte de Muniellos, incluso sacar madera de lo que hoy forma parte del Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. «Todo cambió con el parque. Se limitó mucho la actividad», dijo este vecino señalando las montañas en las que cazó hace más de treinta años.

El gran impulso de Moal llegó de la mano de la minería en la comarca a mediados del siglo pasado. «Sacó de la miseria al pueblo, trajo mucho dinero», apuntó César Álvarez junto a Nieves Alonso, viuda de un minero, cuya familia, como tantas otras, logró brindar otro futuro a las nuevas generaciones gracias al mineral arañado a las entrañas antraciteras de los valles cangueses. «Los más jóvenes están preparados, pudieron estudiar. Son pocos los que no tienen un título», afirmó con orgullo.

La carrera 'Puerta de Muniellos' promociona Moal, que apuesta por el turismo respetuoso

Moal confía en desarrollar en torno al turismo su futuro. En la actualidad, el pueblo cuenta con tres alojamientos rurales con capacidad para unas cuarenta personas. «En 2005 transformé el pajar y la cuadra en una casa rural. Hoy día es un complemento económico. Hace falta más infraestructura», reivindicó Isabel Díaz, gerente de Casa Xuaquín. La carrera de montaña 'Puerta de Muniellos', que este año celebró su séptima edición, llena cada año el pueblo. «Reavivó el turismo y nos promociona», afirmó Díaz, que echa en falta un impulso a esta actividad con más negocios que complementen la oferta hostelera en el pueblo, así como mejores accesos.

Los vecinos apuestan por seguir adaptándose, por preservar su patrimonio natural y cultural y convertir así su mayor tesoro en su fuente de riqueza.

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