Mostrando el reloj que le regaló su padrino para la Comunión en 1999. :: E. C.

Premios Princesa | «Nos alegra que este año vengan Leonor y Sofía»

Felipe López, el ahijado asturiano del Rey, y su familia estarán el viernes en el Campoamor

JESSICA M. PUGA

Domingo, 13 de octubre 2019, 04:40

Felipe López Sánchez tiene señalados todos los meses de octubre desde que nació allá por 1990. Aquel 18 de diciembre se convirtió en el primer niño que llegaba al mundo en dos décadas en la pequeña localidad San Esteban de Cuñaba, en Peñamellera Baja ... . El pueblo había inaugurado aquel otoño el palmarés del Pueblo Ejemplar y, alineados los astros, a la entonces Fundación Príncipe se le ocurrió proponer al heredero de la Corona apadrinar al niño que iba a nacer. Don Felipe aceptó y ahí comienza esta historia que tiene su punto álgido cada nueva edición de los premios. El ahijado del ahora Rey acude cada otoño a la gala de entrega que se celebra en el Campoamor, cena después con los galardonados y autoridades y, al día siguiente, se reúne en privado con la familia real y visita el Pueblo Ejemplar de turno.

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«Para ser el caso que es, bastante particular, la verdad es que tenemos bastante relación», valora López sobre el trato con su padrino. Hablan de vez en cuando, sobre todo en Navidad y cumpleaños, y coinciden en Oviedo cada año. Este es especial, porque la Princesa Leonor y la infanta Sofía acompañarán a sus padres por primera vez. «Tanto mi familia como yo estamos muy illusionados, nos alegra mucho que vengan», dice el joven, que ya coincidió con las niñas una vez, «hace muchos años, pero eran muy pequeñas y probablemente no se acuerden».

A la audiencia privada, el ahijado acude sin discurso preparado y sin ninguna pregunta que hacer a la heredera. «Es que se pasa súper rápido. Antes pensaba algunos temas, pero acababa sin sacarlos porque el tiempo se te echa encima, así que ahora no suelo plantear nada», cuenta, «sobre todo este año, que seremos ocho personas charlando, porque todos los años acuden también mis padres y mi hermano».

Felipe López, a punto de cumplir 29 años, lleva un lustro trabajando en Madrid, ciudad en la que estudió Derecho y Dirección y Administración de Empresas por la Universidad de Comillas-ICADE. Al acabar, empezó a trabajar en un bufete de abogados en el área de derecho bancario, haciendo operaciones de financiación, aunque un curso lo pasó fuera estudiando un máster. Al pueblo va en vacaciones, porque su familia vive en Gijón. «Hay poca gente en San Esteban, pero sí que muchos tienen casas de veraneo», cuenta.

Ser quien es, dice, no le ha supuesto ningún tipo de presión añadida. «Mis padres me inculcaron siempre la idea de que estudiar y tener buenos resultados era necesario para poder aspirar a un buen futuro profesional. Esto, sumado a que cuando estaba en el 'cole' me gustaba superarme porque sabía que el Príncipe me llamaría para preguntarme qué tal me había ido creo que ha sido fundamental para que me esforzara un poco más», reconoce López. Al final, dice, sobrellevar este tipo de situaciones está en la convicción de cada uno. Ahora, claro, está acostumbrado, pero reconoce que cuando llegó a Madrid a estudiar no quería que nadie se enterara de quien era su padrino. «Al final, resulta inevitable, pero no es más que una anécdota, así que no tengo problema».

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Tampoco lo tuvo su hermano pequeño, con quien se lleva siete años. Se llama Andrés, nombre que los padres habían elegido para el mayor y que cambiaron en el último momento. «Los piques en casa siempre han sido por lo que se veía en la tele», bromea el ahijado asturiano del Rey, a quien, por cierto, nunca le ha dado la Palma en Ramos. López recoge la idea de hacer un grupo de WhatsApp con los otros once ahijados del Rey. «Sería curioso».

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