Ingrid Daubechies, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2020, reconocía ayer, ante los estudiantes del IES Ramón Areces de Grado que, cuando está en una fiesta, esconde su condición de matemática. «Si me preguntan por mi profesión, les digo que soy profesora de universidad porque si no, se van y ya no me dan cháchara», se reía. Sabe bien que las ciencias puras tienen mala fama y eso es muy a su pesar porque esta investigadora vive dedicada a los números por vocación, de hecho, le apasionan desde que tiene recuerdos. «Desde pequeña estoy interesada en entender cómo funcionan las cosas y, para entenderlo todo profundamente, hacen falta las matemáticas».
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Daubechies además es una pionera en un mundo mayoritariamente masculino porque, tal y como admitía ante el alumnado, «las mujeres están poco representadas en comparación con los hombres» en su oficio. Igualmente, explicaba que los porcentajes «varían en función de los países, lo que quiere decir que es una cuestión cultural» y que hace falta enseñar a las chicas, desde niñas, que ellas también pueden «fascinarse con las mates».
De hecho, tienen muchas aplicaciones porque, detrás de las canciones, también están escondidas. «La música tiene una estructura matemática, aunque va variando su presencia dependiendo de la cultura». Además, la galardonada recordaba que, si hoy en día podemos disfrutar de los discos en 'streaming', es porque «las matemáticas hicieron posible esa representación del sonido».
Y también hacen posible una manera distinta de enfrentarse al arte porque Daubechies está ahora mismo inmersa en un proyecto artístico. «Los creadores quieren rejuvenecer las pinturas y quieren que los investigadores desarrollemos una herramienta de trabajo para conseguirlo». Una vez la hagan realidad, «en los museos podría haber, junto a los cuadros, códigos QR y, al escanearlos, los visitantes podrían ver la versión rejuvenecida de la pintura que tienen al lado en la pared».
Una iniciativa enriquecedora que combina con «una colaboración con biólogos» que tiene ahora mismo en marcha. «Están interesados en comparar la morfología de los dientes y los huesos para entender la evolución de las especies y así poder desvelar por qué los dientes de unas especies se parecen más entre sí que los de otras», indicaba e insistía: «Ahí entran de nuevo en juego las mates» y, por lo que ayer les explicó a los estudiantes, están por todas partes. Solo hay que saber mirar.
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