Luis Fernández-Vega, este viernes en su despacho del Instituto Oftalmóligo que dirige. ÁLEX PIÑA
Luis Fernández-Vega, presidente de la Fundación Princesa de Asturias

«En la elección de Ana Isabel Fernández se valoraron su rigor y sus méritos»

«Seguiré velando, como siempre, por que nuestros Premios sigan brindando modelos de excelencia y sean espacio para la concordia»

Aida Collado

Gijón

Viernes, 21 de octubre 2022, 21:04

Nadie puede decirle a Luis Fernández-Vega Sanz (Oviedo, 1952) que no se ha tenido que batir el cobre durante los años que ha estado al frente de la Fundación Princesa de Asturias. La suya no ha sido una presidencia apacible y sin sobresaltos. Para ... bien y para mal. Desde el día en que todo el país centró su atención en el primer discurso pronunciado por la Princesa de Asturias a los cambios de paradigma que trajo bajo la mascarilla el coronavirus. Desafío tras desafío hasta el mismo momento de su adiós, con la renuncia de su sucesor por problemas de salud y la posterior elección de la primera mujer que liderará la Fundación.

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-Acaban de elegir para sucederle a Ana Isabel Fernández, tras la renuncia de Mauro Guillén. Será la primera mujer al mando. ¿Qué destacaría de su personalidad y de su forma de entender la Fundación?

-Ana Isabel Fernández cuenta con una destacadísima trayectoria profesional, reconocida internacionalmente, que ha desarrollado fundamentalmente en el ámbito académico, pero, también, de manera igualmente brillante en el sector financiero. Es una persona con unas extraordinarias competencias intelectuales y humanas, entre las que acentuaría su discreción y empatía. Su cariño por la institución y su compromiso con nuestros fines son la mejor garantía para una presidencia que, estoy convencido, estará jalonada de éxitos. El hecho de que sea una mujer no ha sido el aspecto decisivo para su elección. El Patronato ha valorado su rigor, sus méritos y su plena identificación con los valores de la Fundación.

-Estos serán sus quintos y últimos premios. No son muchos, pero desde luego han sido intensos. ¿Fue la crisis sanitaria el mayor reto al que hizo frente?

-Sin duda todos hemos vivido una época distinta, de incertidumbre, y unos años intensos. Pero si algo he podido constatar en la Fundación es que es una institución sólida, estable, con una gran capacidad de reacción ante situaciones complejas. Me siento orgulloso de la respuesta del equipo, que supo adaptarse rápidamente a las circunstancias, a las nuevas formas de trabajo, manteniendo su compromiso para seguir adelante con nuestra actividad en un contexto donde preservar la salud era prioritario.

-En esta ceremonia, que será la de su despedida, verá de nuevo un Teatro Campoamor lleno, sin restricciones de aforo. ¿Se le ocurre mejor broche de oro? ¿Qué espera del 28 de octubre?

-Afronto estos premios con mucha ilusión y encantado de volver a celebrar la ceremonia y toda nuestra programación cultural con absoluta normalidad. Estoy deseando ver el Teatro Campoamor con el aforo completo y supondrá para mí una gran emoción, no sólo porque es mi despedida como presidente, sino porque es la confirmación de que vamos dejando atrás la crisis sanitaria.

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-Solo un año después de que usted se estrenase en el cargo, la Princesa Leonor participó por primera vez en la ceremonia.

-Viví aquel momento plenamente consciente del alto hon or que suponía ser el presidente de la Fundación cuando nuestra Presidenta de Honor asistía por vez primera a la ceremonia. Doña Leonor pronunció entonces unas palabras llenas de significado, en las que dejó patente su afecto por nuestra tierra y sus profundos vínculos con ella.

-¿Qué análisis hace del creciente protagonismo de la Heredera al trono? ¿La ha visto madurar ante el atril?

-La incorporación de la Princesa de Asturias a sus tareas institucionales se ha ido produciendo, según las directrices establecidas por la Casa de Su Majestad del Rey, de forma paulatina y compatible con sus obligaciones académicas. Creo que está todo hecho de la manera más correcta, a la altura del papel que la historia tiene reservado para doña Leonor. En la Fundación nos sentimos honrados de poder acompañar a la Princesa en este proceso. Esperamos con ilusión, un año más, su presencia en la ceremonia junto con su hermana la Infanta doña Sofía.

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-Siempre se destaca la cercanía de la Familia Real en sus visitas a Asturias. ¿Ha sentido esa calidez como presidente de la Fundación? ¿Cómo es el trato en las distancias cortas?

-Sus Majestades los Reyes son el principal apoyo de la Fundación, con la que comparten valores, y así nos lo transmiten en cada edición. Muestran un gran interés por todo lo relacionado con la institución y un grado de conocimiento sobre el trabajo y los logros de los galardonados que es, realmente, extraordinario. Personalmente, siempre he recibido de ellos afecto y aliento.

-¿Qué tienen los premios hoy que no tenían cuando Matías Rodríguez Inciarte le dio el testigo? ¿Cuál cree que ha sido su legado a la Fundación?

-La Fundación va evolucionando, como es natural, con los tiempos. Los presidentes reciben un legado que deben cuidar, procurando que esa evolución se realice con prudencia, manteniendo la esencia, sus objetivos y sus fines. El trabajo realizado por los presidentes que me precedieron, y por Matías Rodríguez Inciarte en particular, ha sido magnífico, todos ellos han aportado conocimientos, experiencia, ideas, formas de hacer que los identifican, pero siempre encaminadas a hacer crecer la Fundación, a darle solidez y a potenciar los galardones.

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-Uno de los pasos más importantes que ha dado la organización en los últimos tiempos ha sido la renovación de jurados. ¿Hay que seguir avanzando en este sentido? ¿Qué vías de modernización se abren ahora?

-Hay que tener en cuenta que los jurados desempeñan un papel fundamental en el proceso de concesión de los galardones, y llevan a cabo un trabajo difícil, lleno de responsabilidad. El lógico proceso de renovación se ha llevado a cabo sin dificultades, siempre hemos encontrado en ellos un alto espíritu de colaboración. A partir de ahora, aunque es una cuestión que ya no me competa directamente, creo que se seguirá avanzando en ese camino, que ha dado excelentes resultados a la Fundación.

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-¿Cuál es su espinita clavada? Eso que le habría gustado hacer al frente de la Fundación y no ha podido...

-He vivido una presidencia durante la que ha tenido lugar la asistencia, por vez primera, de la Princesa de Asturias a la entrega de los Premios, hemos cumplido el cuarenta aniversario de la Fundación, hemos llevado a cabo una completa renovación de la escenografía de la ceremonia y hemos afrontado con éxito una pandemia global. Sinceramente, no se me ocurren muchos otros retos que abordar en este periodo de tiempo.

-Usted deja la presidencia, pero no se va. ¿Por qué luchará desde el patronato?

-He tenido el honor de estar al frente de la presidencia los últimos cuatro años, pero mi vinculación con la Fundación viene de muy atrás, de mis inicios como miembro del jurado del Premio de Investigación Científica y Técnica. Desde mi puesto en el Patronato seguiré velando, como siempre he hecho, porque nuestros premios sigan brindando a la sociedad modelos de excelencia y sean un espacio para la concordia.

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